Señor director:

Ha tocado a su fin la presidencia de Barak Obama. Había llegado a la "Casa Blanca" apoyado por un gran deseo de renovación. Al final de su segundo mandato, hay sin dudas algunos logros. La política de apertura con Cuba y su empeño en conseguir un sistema sanitario más justo, son dos ejemplos claros.

Pero el balance final no es positivo. El país está más enfrentado que hace ocho años y hay mayor desencanto hacia la política. El triunfo de Trump no se explica sin la incapacidad de la clase política y del presidente para entender la situación real de los estadounidenses.

Ciertos apriorismos ideológicos le impidieron entender lo que estaba sucediendo con las primaveras árabes. Los errores cometidos en Siria e Irak son similares, sino peores, a los que cometió su predecesor George Bush.