Estatuas de piedra Moái en Isla de Pascua, quemadas en incendios forestales.

Las carbonizadas estatuas de piedra Moái en Isla de Pascua, quemadas en un incendio forestal a inicios del año, dejan al descubierto las cicatrices de una intrigante batalla en la remota isla chilena en medio del Pacífico Sur. La isla, que ha sido territorio chileno desde la década de 1880, es conocida por sus habitantes indígenas como Rapa Nui y es famosa por sus enormes figuras humanas monolíticas esculpidas hace siglos por sus antepasados. El territorio de 164 kilómetros cuadrados ha visto crecer en los últimos años la tensión entre antiguas familias que buscan más control sobre sus tierras ancestrales y autoridades enfocadas en la conservación. Por un lado, está un poderoso grupo de "ancianos" locales bajo la bandera del llamado parlamento Rapa Nui, que abogan por el regreso a un antiguo sistema de clanes para dividir la tierra y un control más directo sobre su uso. Por el otro, conservacionistas y un consejo local electo para administrar el parque nacional que ocupa casi la mitad de la isla y está salpicado de Moái, quienes dicen que algunas personas están invadiendo las tierras del parque para la cría de ganado, lo que a veces causa incendios.


Datos del gobierno chileno muestran que los incendios forestales en la isla se han disparado, y en los últimos dos años se registró la mayor cantidad desde la década de 1990. En tanto, el número de cabezas de ganado en la isla, en tanto, ha aumentado a más de 6.000 desde 3.400 en 1966, y pastan o pasan por casi el 80% del parque nacional según un estudio de la Universidad de Chile.


Sistema de clanes


Miles de kilómetros de océano separan a Rapa Nui de su vecino continental más cercano y la isla ha fascinado a visitantes y arqueólogos durante siglos con sus gigantes Moái. Con hasta 20 metros y decenas de toneladas, cientos de estas estatuas de cabeza grande fueron talladas directamente en canteras de roca y esparcidas por toda la isla.


Las estatuas, inspiradas en los isleños deificados, han sobrevivido siglos de hambruna, guerra, epidemias y colonización, mientras que la población ha fluctuado desde el borde del colapso hasta unos 8.000 en 2022. Los residentes han luchado largo tiempo por una mayor autonomía y en 2016, el Estado chileno acordó comenzar la transición del control del parque. Un consejo de Ma"u Henua elegido localmente asumirá el control administrativo total del parque nacional para 2025, centrándose en la protección del medio ambiente, los sitios arqueológicos y la gestión del turismo. Pero algunos isleños, en cambio, quieren volver al sistema de clanes que existía antes del tratado de 1888 entre uno de los últimos reyes de Rapa Nui y Chile.


"Cada clan es dueño de un territorio acá en la isla y así está repartido y así se fue repartido por el rey", indicó Juan Tucki, un miembro del parlamento que cría ganado en un terreno que reclama cerca del volcán Rano Raraku. "Y esa jerarquía hay que respetarla", afirmó.


Tucki dice que el incendio forestal de octubre llegó a la tierra que reclama, pero culpa a las autoridades, a quienes dice que fueron notificados de la quema de pastos y no se prepararon.


La arqueóloga Atam cree que el diálogo y la educación sobre los daños de los incendios forestales y la erosión causada por el ganado ayudarán a convencer a los lugareños de abandonar la práctica para preservar los sitios arqueológicos. Tucki, quien afirma ser descendiente directo de uno de los últimos reyes de Rapa Nui, está de acuerdo en que ciertos sitios arqueológicos deben administrarse colectivamente, pero la mayor parte de la tierra debe ser para la gente. "El territorio es de la familia", dijo.

Por Alexander Villegas y Pablo Sanhueza 
Agencia Reuters