Señor director:


Hace unos días fui a Emicar con el objetivo de hacer los trámites correspondientes para renovar el carnet de conducir común. Los distintos trámites iban muy bien, con personal muy amable que me atendió. Todo esto hasta llegar a la atención médica. Allí estaba un doctor que me pidió los estudios que debía presentar debido a que tengo un hipertensión arterial. Grande fue mi sorpresa cuando este profesional comenzó a increparme y amedrentarme, acusándome de mentiroso al verme los estudios y luego de que me hiciera leer las letras que estaban en una pantalla. Me dijo que confundía los colores, algo que era totalmente inexacto. Se lo dije, pero él insistió en su postura y me retrucó diciéndome: "Usted no me va a enseñar a mí, porque usted miente". A toda costa quería que yo aceptara que los estudios estaban mal y que yo confundía los colores, cuando no era así. A todo esto, no sé qué escribía en la computadora. Algo que la persona, es decir el conductor, debería saber, ya que se trata de su documentación. Me dijo de muy mal modo que le llevara otros estudios para ver mi estado de salud. Al salir de esa oficina, me sentí desconcertado, maltratado. Hablé con esto con varias personas y todas me dijeron lo mismo. El médico es un maltratador. Por este motivo, por no ser el único que sufrió esta situación es que hago público esta experiencia, la cual también haré en las próximas horas ante las autoridades de Emicar. Es de esperar que esta empresa tome las medidas correspondientes y designe en ese puesto a un médico que trate bien a las personas. Todos merecemos respeto. Es un derecho humano.