Señor director:


Comenzó el Mundial de Fútbol. Es imposible no recordar a mi viejo, por lo que amaba este deporte, por el tiempo que le dedicó toda su vida a verlo, a jugarlo, ser dirigente y hablar de él en cuanta reunión saliera el tema. Además, por que no recuerdo casi ningún partido de mi niñez en que no lo vea sentado, alentando frente al televisor a la selección Argentina. Mi primer recuerdo es el mundial del "78, entrando al estadio "Islas Malvinas'', de Mendoza. Iba de su mano, con mis tíos a cada lado o quizás por el del '86 que lo vimos, sufrimos y festejamos juntos de punta a punta. Siempre supe que el fútbol le había dado sus mayores alegrías y varias tristezas, como todo en la vida. El sólo hecho de hablar del juego hacía que le cambiara la cara, el semblante. Contar anécdotas de sus días de jugador era su placer. Y, aunque las escuché mil veces, siempre aparecía un detalle desconocido, del campeonato de intercolegiales, del partido contra los "Charlys'', del partido en los lotes o en la villa contra los de alguna otra cuadra.


Hace unos años fuimos invitados al aniversario de 50 años de egresados de la Escuela Rogelio Boero, donde se recibió de técnico electromecánico. Allí pude conocer a los excompañeros del secundario de mi viejo. Varios me contaron alguna anécdota rápida, alegre o emotiva. La sorpresa vino al final del acto. En el escenario, un señor, alto flaco y canoso, tomó el micrófono y gritó emocionado: "yo quiero recordar al Cato Rojas, que en la final de los intercolegiales me dio el pase para que haga el gol con el que salimos campeones!''. Que más decir cuando alguien confirma lo que sabemos y nos toca el corazón con un recuerdo tan profundo, nada, emocionarnos. Hoy empieza el mundial y sé que lo estarás viendo desde algún lugar.


Mauricio Rojas   DNI 23.977.366