Señor director:


Hace unos días, caminaba con mi marido por Libertador y General Acha. Mi esposo es ciego y yo lo acompaño del brazo, como desde hace 60 años. De repente se acercó una chica policía que nos preguntó si estábamos bien y si queríamos que nos acompañara a cruzar la calle. Le agradecimos el gesto por ser tan amable. Al cruzar la avenida, ella nos sonrió y nos preguntó si necesitábamos algo más. Yo le agradecí, lo mismo que mi marido. Ahí nos despedimos. Nos dejó una grata alegría, de saber que servidores públicos son tan amables. En la tierra del maestro Domingo Faustino Sarmiento, este ejemplo tiene que multiplicarse entre toda la comunidad, para una convivencia sana, cuidándonos unos a otros.

María Sánchez
DNI 4.363.028
Docente jubilada