Señor director:  


Extraña que nuestra sociedad actual, justamente preocupada por el concepto de libertad y por lograrla en todos los ámbitos, no muestre el mismo interés por la búsqueda de la verdad. 


En la vida política y en el desenvolvimiento de la sociedad, la libertad y así debe de ser, aparece como el bien supremo y como un derecho fundamental del hombre.  


Los poderes públicos y políticos, deben caracterizar sus acciones, lógicamente, por el fomento de la libertad. En cambio la verdad suscita más bien sospechas de totalitarismo y de absolutismo intolerable. 


En aras del relativismo, así como la libertad es un bien objetivo, la verdad es puramente subjetiva y se habla con absoluto desenfado, de "tu verdad" y de "mi verdad".