Señor director:


A pesar de ser una constante de por lo menos los últimos 25 ó 30 años, los paros del gremio docente no dejan de sorprender. Al hecho de haberse adherido a un paro organizado por problemas en la provincia de Buenos Aires, y ya habiendo acordado en paritarias el aumento en San Juan, se sumó un paro en el "Día Internacional de la Mujer''. El profundo significado de este día debió ser explicado y transmitido en vivo a los alumnos en las escuelas, dando así un doble mensaje, el propio del 8 de marzo y el de que los docentes, en su gran mayoría mujeres, están cumpliendo su misión frente al grado.


Este nuevo faltazo no hace más que seguir confirmando lo que la mayoría creemos, que los
principales responsables del deterioro de décadas del sistema educativo público son los propios
gremios. Sin importar el color del partido gobernante, los gremios docentes sistemáticamente han 
actuado destruyendo la escuela pública con la excusa de que la están defendiendo. Nunca el interés fue proteger al educando, sino crear poder de los dirigentes que, elección tras elección gremial, siguen siendo los mismos. Es tan grosero que cada vez que se les pide justificar un paro sólo dan rodeos y respuestas vagas sin fundamentos. Con esto y otras actitudes como rechazar el premio por presentismo, en una clara defensa corporativa del ausentismo y la vagancia, los gremios docentes siguen empujando al que puede a "caer'' en la escuela de gestión privada. Y los que no pueden porque tienen menos recursos "a joderse'' y aguantar los paros en "defensa de la educación pública''. No tienen vergüenza. Si la tuvieran, esto no pasaría.