Señor director: 


Todas las medidas restrictivas que se han anunciado apuntan a mejorar el status sanitario y por eso deberíamos cumplirlas al pie de la letra dejando de lado caprichos y desobediencias con las que nos jactamos de que somos personas libres de hacer lo que queramos. 


Coincido en que hay algunas medidas que son más necesarias que otras como por ejemplo la del control de los colectivos, para que éstos no circulen repletos de gente, muchas de ellas paradas. 


Con el hecho de abrir las ventanillas no alcanza. Lo que hay que evitar es el roce de las personas, que los pasajeros vayan parados, que no haya algún sistema de limpieza de manos al tocar las distintas partes del colectivo, y que no haya que viajar uno al lado del otro cuando se habla de distanciamiento social mínimo de 2 metros. 


 Desconozco cuál es la solución a todos estos problemas, pero creo que tanto el Gobierno como las empresas cuentan con personas calificadas para idear sistemas que solucionen esta situación. 


Por su parte, la gente también tiene que colaborar con estas medidas y evitar salir a la calle sin un motivo expresamente justificado. Los trabajadores esenciales y quienes necesariamente deben cumplir alguna tarea específica tienen la prioridad, el resto puede esperar el mejor momento para viajar en el transporte público sin arriesgar su vida.