Señor director: 


Son tiempos delicados los que vive nuestra amada nación. Desde ya hace muchos años que las sucesivas crisis políticas, económicas y sociales, nos dañan. Creo que es el momento de buscar la solución en Dios, más que en el hombre. Sé que los creyentes de distintas religiones van a sus respectivos templos para pedirle a Dios por paz, reconciliación y fuentes de trabajo para la Argentina. 


Sería maravilloso que esta actitud se multiplique por toda la provincia y el país. La oración, ya es sabido, tiene poder. Tengo la plena confianza de que Dios iluminará a nuestros gobernantes, provinciales y nacionales para que puedan tomar decisiones sabias con respecto a nuestro presente y futuro. Sería bueno también que en casa, con la familia unida, tengamos un momento de oración por nuestra provincia y país. Pongamos primero a Dios, quien está por sobre toda crisis y adversidades.