Señor director: 


La deplorable actitud de la Diputada Graciela Camaño en el parlamento; gritándole airadamente a un funcionario de gobierno como Marcos Peña, que ni siquiera debió estar en el recinto. Con palabras fuera de contexto nos indica con que bueyes estamos arando. Apunta, todo este teatro de baja categoría a "tumbar'' al gobierno y a toda la sociedad en su conjunto, en precisos momentos que el gobierno enfrenta el desopilante saqueo de las arcas pública, originado por el kirchnerismo que,- está siendo procesados por la Justicia. 


A Graciela Camaño, se le subieron los humos olvidando sus orígenes. No posee el más mínimo respeto cuando se enfrenta con quien no le simpatiza políticamente. En los debates, le indica a sus contrincantes, sin sonrojarse, si son estúpidos, o le pega sorpresivamente una cachetada al que no piensa igual. Lo que debería hacer esta legisladora es calmarse e imitar la educación y el don de gente del nuevo gobierno que lleva sólo 15 meses de esquivar el fango heredado y no olvidarse que queda pésimo en una mujer, más aún en un recinto como el Congreso, mostrarse y llamar continuamente la atención como una vulgar patotera.