Señor director:


De manera permanente los ciudadanos estamos preocupados por diferentes situaciones que se nos presentan. Pero eso no debe distraernos de la vida cotidiana y de la convivencia que como seres humanos debemos tener. Es decir, basada en valores como el respeto y la solidaridad, entre tantos otros. Sin embargo, siempre existen acepciones a las reglas. Es cuando aparecen los llamados vándalos. Estás personas inescrupulosas dañan todo a su paso, sea propiedad pública como privada. Es así que estos destrozos me hizo escribir esta carta para contarle a la comunidad sobre los daños que ha sufrido la capilla de San Juan Pablo II, ubicada en la plazoleta del mismo nombre, en el Barrio Aramburu, de Rivadavia. Los vidrios de la puerta fueron destruidos e incluso el techo tiene pedazos de escombros que arrojaron sobre esa estructura. No sólo eso, sino que jóvenes inescrupulosos desparraman la basura del contenedor por este paseo público. Los vecinos pedimos la inmediata intervención policial como los organismos de Medio Ambiente del municipio como la provincia y penas más severas para esta clase de delitos como lo es atentar contra la fe pública.


María del Carmen Amaya    DNI 10.817.1564