Para que una política social sea efectiva, el desafío es alcanzar objetivos coordinando los esfuerzos del Estado, de organizaciones civiles, y del sector privado, de manera que se eviten superposiciones de tareas en un área y olviden a otra. En ese aspecto resulta vital la participación comunitaria a través de entidades vecinales, culturales, de servicio, y de bien público, donde la entrega solidaria se materializa con iniciativas y activo trabajo voluntario.

En este contexto, la Dirección de la Juventud y la Municipalidad de Rivadavia organizaron recientemente una jornada solidaria con ONG, centros juveniles, uniones vecinales, grupos voluntarios, a fin de pintar y refaccionar los establecimientos escolares ubicados en ese departamento.

La iniciativa es loable, aunque lleve una marca política, porque beneficiará a alumnos y docentes. Además es una efectiva integración comunitaria, ya que escolarizar a los hijos no significa para los padres abandonar derechos y deberes irrenunciables y en eso dan ejemplo muchas entidades periescolares que han logrado que padres y docentes sean socios activos en la formación del hijo-alumno.

Este tipo de propuesta debiera repetirse en otros lugares, quizás más alejados a donde las cámaras de televisión no llegan pero hay muchas necesidades. Recordemos que en el país existen ONG que estimulan la creatividad y las potencialidades de los internos en los servicios penitenciarios para contribuir con su reinserción social y darles una salida laboral.

El buen político forja su imagen desde el liderazgo y la verdadera conducción está basada en las prioridades de la gente, por lo tanto debe aprender a escuchar y dar participación a la sociedad civil.