En las últimas operaciones del viernes, la moneda norteamericana, anclaje histórico de los precios mayoristas y minoristas en Argentina, llegó a tocar los 140 pesos por unidad aunque al final de la rueda terminó en 138 tipo comprador. Mientras, el oficial apenas superaba los 64 pesos por lo que la brecha entre uno y otro pasó a ser una de las más grandes que se recuerden superando el 100%. Las transacciones del dólar paralelo generalmente son pequeñas caso a caso, entre particulares o en las llamadas "cuevas", por citar oficinas ilegales. No siempre son muestra certera del estado del mercado de cambios, pero sí el Contado con Liquidación, que es legal y que llegó a 125 aun con las fuertes restricciones y amenazas disuasivas del Banco Central. En paralelo, el INDEC, en manos del massista Marco Lavagna, publicó el dato de la inflación de abril, que fue del 1,5%, altísima si se considera que el 70 por ciento de la economía estuvo cerrada y que lo que funcionó, los supermercados y la venta de bienes de consumo indispensable, estuvo obligado bajo multas y cierres temporarios a un listado de precios máximos.


El domingo pasado usamos la sentencia clásica "donde hay humo hay fuego" para nombrar una señal que marca un problema de fondo. Otra relación parecida es la de la fiebre y la infección, andan en parejas, donde aparece una está la otra. El precio absurdo de los cigarrillos pagado sin protesta por fumadores ansiosos ante la escasez fue un síntoma, la cotización del dólar paralelo durante esta semana es otra contundente, la inflación de abril fue la tercera. A la salida de la cuarentena se espera fuerte suba de precios. La inflación es la suba generalizada de precios, un fenómeno que por lo general se da en época de escasez o carestía como, por ejemplo, en invierno. Esto ocurrirá ante la parálisis de la producción durante dos meses completos a los que faltan todavía algunos más de baja actividad. A ello se deberá agregar una fuerte devaluación o corrida contra el peso, como se denomina al efecto que produce la gente cuando trata desesperadamente de desprenderse en avalancha de la moneda débil y atesorarse en una más fuerte. Para el bolsillo, confluirán los dos fenómenos a los cuales se agregarán las reducciones salariales o los congelamientos de paritarias. Este fenómeno, del que tenemos larga experiencia en nuestro país, reconoce una diferencia respecto de casos anteriores, se sabe que todos los países del mundo imprimirán billetes y tendrán déficits fiscales altísimos, muchos de ellos también han parado su producción. Es posible que todos sufran inflación habrá billetes, pero faltarán bienes. Es la razón por la que el oro seguirá subiendo, es una moneda que no se puede imprimir. Todo el oro que había en la tierra es el mismo que existe ahora, su principal virtud es que no se altera y es por la que sirvió, sirve y servirá como unidad de medida de precios relativos. Tampoco se puede fabricar, algo que intentaron los alquimistas sin éxito. En nuestra modernidad también están las bit coins, monedas virtuales que se emiten una sola vez con un código encriptado, nadie puede violarlo para volver a emitir, su cantidad es conocida y será inalterable. A las monedas actuales se les llama "monedas fiduciarias" porque su valor depende de la fe que se tenga en el emisor, la firma en la base del billete, todos sabemos que no hay nada tangible detrás desde que se abandonó el patrón oro. El senador radical Luis León solía decir: "Desde que esto ocurrió, el mundo se transformó en un Casino en el que el único que puede fabricar fichas es Estados Unidos". Más tarde aparecería otro emisor de fichas, la Unión Europea y ahora pasa a terciar China que acaba de anunciar que usará una moneda propia y virtual para su comercio exterior. Volvamos a lo nuestro. No es que el dólar suba, en realidad, todas las monedas están bajando y sobre todo el dólar si comienza a desaparecer como forma de transacción internacional después del anuncio chino. Pasa que no todas las monedas bajan a la misma velocidad, siendo el oro, que durante tanto tiempo se usó como elemento de intercambio, el único que no bajará en relación con otros activos. Para simplificar, hay veces que los demás suben y uno se estanca, no está bajando pero parece. O que los demás bajen y uno se mantiene dando la sensación de que sube. La moneda, que durante siglos tuvo expresión física, en realidad puede ser cualquier cosa que ofrezca la condición de fácil fraccionamiento, que se pueda ofrecer en tamaños pequeños o grandes. El aceite, la sal, los metales y hasta el tabaco han servido como factor de intercambio, referencia de precio o reserva de valor, que son las tres funciones fundamentales de una moneda. Tiempo atrás publicamos una tabla con las 15 distintas cotizaciones del dólar, según se trate del que paga el Banco Central a exportadores de ciertas materias, el cobro de distintas alícuotas de retenciones que en los hechos operan como modificadoras de valor real de esa moneda, el cobro del impuesto PAIS del 30% al dólar comprado para atesoramiento o salidas al exterior, el paralelo, Contado con Liquidación y otros. El Gobierno adjudica la suba, que no es ni más ni menos que una fuga de capitales que van a parar a Estados Unidos, a la incertidumbre sobre las negociaciones de la deuda. El dato de la inflación ocurrida en abril del 1,5% con todo parado, tarifas congeladas, negocios totalmente cerrados etc, es una bofetada de realismo negando esa suposición. No se desactiva una bomba que ya explotó, hace decir Tom Clancy a su personaje Jack Ryan en la novela Peligro Inminente. Carece de sentido analizar si las medidas tomadas fueron buenas, regulares o malas, ya se tomaron y comenzaron a aparecer las consecuencias de la larga cuarentena. Es sobre ese resultado que hay que trabajar para reducir o al menos controlar los daños que traerá una caída del 10% de nuestra economía. Volviendo a las señales, aún no aparece ninguna en ese sentido.