El Reino Unido es el país de Europa con más muertes por coronavirus: ya son más de 46.000 las víctimas. Además, en los últimos días, se convirtió en la nueva nación en entrar oficialmente en recesión, luego de que las cifras mostraron que su economía se contrajo un 20,4% en el segundo trimestre del año. Esto como resultado de las medidas de cuarentena impuestas para frenar la pandemia. El país registró la peor caída de su PBI desde 1955.


El país, liderado por el primer ministro Boris Johnson, que en un primer momento se mostraba contrario al aislamiento y había propuesto generar "inmunidad de rebaño", debió cerrar el territorio el 23 de marzo debido al crecimiento de la curva de contagios. Incluso él mismo se enfermó. Y ahora, a más de cuatro meses de esa decisión, la crisis económica se refleja en números. La caída récord registrada por la Oficina Nacional de Estadística sigue a un descenso intertrimestral de 2,2% en los tres primeros meses del año. Fue hacia el final de ese periodo que el Reino Unido se unió a otros países europeos y paralizó su economía.

Entre marzo y julio hubo 730.000 desempleados.

La recesión, que se define como dos trimestres consecutivos de contracción económica del Producto Bruto Interno (PBI), es la primera desde la crisis financiera de 2009 y tuvo su momento más crítico en abril. Además, es la más grave desde que comenzaron los registros en 1955, de acuerdo con lo publicado por el diario The Guardian.


Otro dato llamativo es que el impacto económico fue más fuerte en el Reino Unido que en países como Alemania o Francia, donde las cuarentenas duraron menos. Desde la oficina confirmaron además que la pandemia había borrado así, en dos trimestres, 17 años de crecimiento económico y que había llevado al PBI a una posición equivalente a la de junio de 2003. Sin embargo, con algo de esperanza, la agencia de estadística británica, que ofrece cifras de crecimiento mensual, mostró que la economía se está recuperando a medida que se alivian las restricciones. En junio, de hecho, creció un 8,7%.


Con la reanudación de las obras de construcción y la manufactura, las cifras comenzaron a mejorar en mayo, cuando el PBI avanzó un 2,4%, y en junio gracias a que los comercios pudieron reabrir. Al sumar los dos primeros trimestres, la Oficina Nacional de Estadística relevó que el retroceso de la economía británica llega al 22,1%, "una cifra algo menor que la registrada en España (-22,7%) pero el doble que la de Estados Unidos (-10,6%)" en este mismo periodo. Este bajo rendimiento puede también atribuirse a su fuerte dependencia de los servicios, particularmente los gastos de consumo, que cayeron durante el confinamiento, y al hecho de que muchos padres tuvieron que dejar su trabajo para ocuparse de sus hijos.


El impacto de la pandemia y la paralización de la actividad apenas se vio amortizada por las medidas gubernamentales sin precedentes y las decenas de miles de millones de libras inyectadas por el Estado a través de préstamos o ayudas al empleo, o por el Blanco de Inglaterra, mediante la recompra de activos o unas tasas de interés casi nulas. Entre las consecuencias que ya se hacen notar está la pérdida de puestos de trabajo: 730.000 personas quedaron desempleadas entre marzo y julio. Asimismo no pasa casi ningún día sin que se anuncien nuevas supresiones en empresas, preocupadas por la finalización del programa de desempleo parcial prevista en octubre. Para todo 2020, el Banco de Inglaterra prevé una caída de 9,5% del PBI.

Agencias AP y AFP
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