La cantidad, profundidad y velocidad de los avances científicos y tecnológicos de estos últimos años, sumados a la pandemia y a la guerra de Ucrania, han acelerado la crisis de muchas estructuras que le habían sido eficaces a la humanidad para vivir con "cierta estabilidad" hasta ahora. Muchas de esas organizaciones habían sido creadas hace ya varias décadas o centurias.


La crisis y el cambio de paradigma es notorio y nos enfrenta a la pregunta: ¿cuáles son las habilidades y competencias necesarias para responder a semejante cambio epocal?


La capacidad es el potencial de aprender a realizar una actividad determinada y corresponde a una serie de aptitudes que tiene naturalmente el ser humano. Por ejemplo, todos tenemos la capacidad y el potencial para trabajar la madera, hacer construcciones o atender a personas enfermas, pero solo algunos saben hacerlo concretamente. Tiene que ver con el "poder hacer".


La habilidad, en cambio, es la ejecución de una acción o actividad con destreza y facilidad. Supone la capacidad innata del ser humano pero esta vez llevada a la práctica: habilidoso es aquel que sabe y puede hacer cosas de carpintería, albañilería o medicina y ejecutar algunas acciones en esas áreas. Tiene que ver con el "saber hacer".


Finalmente, la competencia es aquella "habilidad" que luego de su ejecución constante se empieza a realizar con un grado de experticia y excelencia. Es cuando la persona puede realizar una acción con dominio total de ella y de una manera exitosa. Es el caso de un carpintero, albañil o médico.


DESARROLLAR CAPACIDADES

Podemos decir entonces que para superar la crisis, hace falta desarrollar las "capacidades" humanas, para lograr el crecimiento de nuevas "habilidades", que permitan a las personas ser "competentes" en la generación de respuestas adecuadas al cambio epocal. En esta perspectiva se propone la creativación.


Creativación no figura en el diccionario y es un término en construcción. Está formado por las palabras creatividad e innovación, pero recoge también el contenido de otras expresiones similares y es un nuevo concepto que busca expresar acciones concretas a favor de lo humano, en este tiempo particular de cambios profundos, ocasionados por los avances científicos y tecnológicos en donde, cada vez más rápidamente, las máquinas están reemplazando a las personas en muchas actividades. Por está razón y porque se orienta hacia las provocativas imágenes que tenemos del futuro, es una habilidad (y puede convertirse en una competencia) necesariamente disruptivas.


No pretendemos tomar partido complicándonos con una nueva palabra que se sume a la batalla por el lenguaje que tan encarnizadamente nos ha sorprendido en estos años, seguramente por el efecto de la posverdad, la política o ciertos sectores progresistas que han sentido la necesidad de cambiar el significado de algunas expresiones que, hasta ahora, nos parecían claras y eran suficientes para entendernos. Tampoco queremos iniciar una "moda" superficial y pasajera que no modifica la esencia de lo que se quiere comunicar.


PRIMERA EN EL PAÍS

En San Juan se presenta la primera Clínica de Creativación de la Argentina que aspira a explorar más profundamente el significado de este nuevo término (creativación) y su importancia en la generación de respuestas a los impactantes cambios tecnológicos que estamos viviendo.


Es oportuna la ocasión para preguntarnos: ¿Cómo potencializar nuestras capacidades creativas? ¿Cómo puedo desarrollar en mí, habilidades que me permitan aprovechar las oportunidades que traen las nuevas tecnologías? ¿Qué hacer para convertirme en un creativador competente?

Por Gustavo Carlos Mangisch
Director de Innovación y Calidad en Educación del 
Espacio Excelencia y de la Maestría en Nuevas Tecnologías (UCCuyo)