Todo sector, gremial, industrial o comercial deberá comprender que salir de la crisis laboral significa trabajar mucho más sin restar formas de innovación, invención o iniciativas que promuevan el ejercicio de la ocupación desterrando el ocio improductivo. De parte del Estado significará redireccionar las fuentes de trabajo a nuevas alternativas. En definitiva poner en práctica, la inteligencia, la capacidad y la profesión a conciencia.

Un nuevo capítulo de la cultura del trabajo abre nuevas perspectivas para nuestro País, por lo que de esta manera se reflexionará sobre el efectivo carácter del ciudadano que introduce prácticas a toda nueva forma de innovación válida para sacar réditos a sus emprendimientos. Las mismas, no sólo benefician a sus productores sino también a toda la masa de trabajadores dispuestos a realizar el mejor esfuerzo para sostener el desarrollo de la democracia.

La cultura del trabajo tiene una relación directa con la dinámica de la actividad económica en sí misma. Eso no le otorga un signo ideológico específico. Los medios de producción no pueden poseer la cultura del trabajo, en tanto y cuanto es un bien colectivo de raigambre popular que define la forma en que los ciudadanos encausan sus necesidades y propuestas al momento de comprometerse con el trabajo y aspirar a salarios compensatorios de la actividad productiva.

La distorsión que representara un populismo altanero y decadente de un cómodo ingreso a la fuente laboral por un acceso cambiante para adherir al trabajo en su forma de plano inclinado de esfuerzos por méritos propios o a propuesta del Estado, se presenta hoy como un modelo oportuno para interpretar no solo el valor del salario sino además la cultura del trabajo, que como otros valores sociales se estaba perdiendo al punto tal de sumir a los trabajadores en un facilísimo decadente.

Esta nueva perspectiva propone liderar en concepciones cuyo plan programático oportuno logre aplicarse en concreto.
Presentamos así un nuevo modelo de avance en materia de mercado, comercialización,marketing, ventas, capacitación en recursos humanos y captación de innovadores o creadores capaces de reconsiderar la explotación de riquezas y productos de la forma más competitiva para un exigente mercado.

En primer término, debemos comenzar con un diagnóstico de cómo está la explotación regional y la utilización de recursos de desechos de la industria. Lograr formalizar en ella y por método comparativo sus resultados de beneficio más eficaz alcanzados respecto de otros países.

En segundo término, será de vital importancia verificar el estado de la producción y comercialización de los productos regionales y realizar un consiente análisis del mercado y venta de productos.
En tercer lugar, contemplar el hecho de efectuar una completa capacitación y perfeccionamiento para la labor profesional y ejecución de la mano de obra y en el cuarto punto, poner en marcha un eficiente marketing y publicidad.

En la etapa final consensuar con políticas de extensión universitarias sobre el interés puesto de manifiesto por nuestros productos y tomar en cuenta el crecimiento de la industria en parámetros de tecnología y ciencia.

La realización de foros multisectoriales sería una forma de mantener activa la problemática y latente las posibilidades, elaborando documentos y un registro de profesionales para captar aquellos que tengan emprendimientos de innovación y creatividad.