Hace unos años realicé un proyecto para el departamento Rawson que ofrecía turísticamente la zona de Médano de Oro. El circuito turístico se denominaba "El sabor de San Juan". El proyecto fue aprobado por el intendente y se realizó un curso de capacitación para estudiantes de turismo y jóvenes del lugar, que tenía el objeto de lograr el desarrollo de esta zona. El municipio elaboró folletería y colocó carteles de madera para señalizar el circuito que comenzaba en una bodega, pero nunca vi que alguna agencia de turismo promocionara esta propuesta.

Médano de Oro, una de las zonas rurales más atractivas de la provincia.

Ahora mirando mi biblioteca, ya que aún me manejo con libros impresos y no sólo por internet, encuentro un volumen cuyo título es "Allí en mi Tierra Negra" de Narciso Molina 2010, que se refiere a Médano de Oro. Al releer el libro vino a mi memoria el proyecto. Además recordé que en una editorial de DIARIO DE CUYO publicada hace poco se consignó que en materia turística "hay que trabajar más en el aspecto conceptual y de coordinación de las áreas pertinentes, para hacer que la persona que llegue a San Juan, en cualquier época del año, encuentre una provincia amigable que lo invite a volver o a promocionar boca a boca las cualidades de San Juan y de los sanjuaninos". De ello concluí que no estamos vendiendo todo lo que tenemos en San Juan. Nos quedamos siempre con las zonas tradicionales y no aumentamos la oferta de destinos.


Hay que admitir que hemos avanzado mucho con las propuestas deportivas, lo que es muy bueno, pero San Juan es una provincia con mucha identidad, como para hacer otras propuesta diferentes.


El libro de Molina me llevó a pensar en todo el potencial turístico que tiene Médano de Oro: su tierra negra, lo que ésta produce, cómo se trabaja en forma manual en pequeños espacios, su vegetación natural de sitio húmedo y sus costumbres de construir hornos de leña sobre estacas, para protegerlos de la humedad, y en los que se acostumbra a hornear pan y semitas con chicharrones, algo distintivo de nuestra provincia. Además están sus sauces, sus álamos, la Villa Bolaños, la iglesia a La Madrecita de la Fuente, y un circuito en el que se puede degustar jamón casero, chorizos y morcillas, como especialidades de la zona.


Hay mucho para decir, explicar, mostrar y vender, especialmente respecto del trabajo artesanal de la zona, donde se produce el sombrero característico de los chacareros de San Juan, para trabajar al sol, tejido de hoja de palmeras, denominado "Chupaya".


Médano de Oro es uno de los circuitos más cercano a la ciudad donde se pueden apreciar las costumbres y también la cultura predominante del Valle de Tulum.


Sabemos que hay muchas formas de vender el Valle de Tulum, pasando desde lo deportivo hasta su producción frutihortícola, pero no debemos olvidar que la Cultura es la materia prima turística principal de nuestra provincia y como tal la debemos apuntalar.