El aprovechamiento prácticamente integral de la leche en los procesos de industrialización de sus derivados, ha sido una meta difícil de alcanzar en nuestro país, al punto de que el vital alimento se emplea o se reutilizaba en tan sólo un 40% y el resto, transformado en desecho se elimina como efluente o, en el mejor de los casos, una pequeña parte va a la alimentación animal.

Ahora, dando un salto exponencial para el desarrollo de uno de los sectores más gravitantes de nuestra economía, un trabajo conjunto de investigación de científicos del Instituto Argentino de Tecnología Industrial (INTI), del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y de la Facultad de Ciencias Hídricas del Litoral, ha logrado transformar el problemático desecho de la producción láctea en fuentes de enzimas y levaduras para ser utilizadas como insumos industriales.

El proyecto, denominado "’Eco-suero” tiene la particularidad de la generación de valor agregado y apunta a conseguir una solución para al menos parte de ese 60% de suero que se transforma actualmente en desperdicio, en los diferentes procesos de la cadena de la industria láctea argentina. En ese sentido, y a la vista de los resultados obtenidos luego de un año de trabajo, los responsables del proyecto esperan impactos como un aumento en el valor monetario del lacto suero gracias a lograrse una alta calidad. Los estudios avanzan, no obstante de que los primeros resultados exitosos son de aplicación inmediata en la cadena fabril, sino que estiman alcanzar productos de alta calidad, a fin de transferir los desarrollos a otros emprendimientos.

Actualmente, el 34% de la producción argentina de leche se destina exclusivamente a la producción de quesos; el principal subproducto de las empresas es el lacto suero y la estimación es que suman unas 450.000 toneladas anuales. De ellas, 33% se destina a la obtención de lactosa y derivados proteicos y 5% es transformado en suero en polvo; y el 60% restante directamente se considera desperdicio y se desecha.

Por otra parte, este aporte científico trasciende en beneficio del medio ambiente ya que con su aplicación se disminuye considerablemente la contaminación de los efluentes industriales. Este modelo de recuperación y aprovechamiento es un ejemplo también para otras producciones que están lejos de la optimización.