El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, muestra sonriente un billete de cinco dólares.


El último reclamo del presidente populista mexicano de 66 años, Andrés Manuel López Obrador, de que no ha tenido una cuenta bancaria o una tarjeta de crédito en los últimos 30 años plantea una pregunta seria: ¿un líder que no utiliza el sistema bancario tiene la idea más nebulosa sobre cómo funciona la economía?


No estoy tratando de ser gracioso, lo que está sucediendo en México es trágico. El analfabetismo económico de López Obrador está paralizando la economía de México y amenaza con provocar una mayor fuga de capitales, una mayor pobreza y nuevas oleadas de migración hacia los Estados Unidos.


Según las nuevas estimaciones del Banco Mundial publicadas el 8 de junio, se proyecta que la economía de México caerá un 7,5% este año y se recuperará sólo un 3% el próximo año. Esa es una disminución más pronunciada que la de la mayoría de los demás países latinoamericanos.

"López Obrador maneja la economía como si fuera una pequeña tienda de pueblo que sólo opera con efectivo", dice Alberto Bernal, jefe de mercados emergentes y estratega global de XP Securities.

Durante su campaña de 2018, López Obrador, que ataca constantemente las políticas económicas "neoliberales" de los gobiernos mexicanos anteriores, prometió elevar la economía de México a tasas de crecimiento anual del 4%. En cambio, incluso antes de la crisis actual de Covid-19, sus políticas económicas erráticas llevaron a un crecimiento cero el año pasado, después de muchos años de crecimiento mediocre pero positivo. A principios de esta semana, López Obrador repitió su frecuente afirmación de que, a diferencia de sus predecesores, no es corrupto y no le importa el dinero.


Los primeros errores económicos importantes de López Obrador después de convertirse en presidente impulsaron un plan para cancelar un proyecto de expansión del aeropuerto de Ciudad de México por valor de U$S 13 mil millones, que obligó al gobierno a pagar miles de millones en reparaciones a los contratistas, y construir la refinería de petróleo Dos Bocas de U$S 8 mil millones.


Todavía está apostando por modernizar la economía de México invirtiendo en el monopolio petrolero estatal de Pemex, en un momento en que los precios mundiales del petróleo se han desplomado y muchos economistas predicen que el petróleo está muerto. Incluso los principales productores de petróleo como Arabia Saudita han anunciado planes para diversificar sus economías más allá del petróleo para 2030.


Mientras los inversores huyen, López Obrador está haciendo lo que los populistas de todo tipo, desde el presidente Trump hasta el venezolano Nicolás Maduro, hacen mejor: culpar a la oposición.


Sería genial si alguien pudiera darle a López Obrador un curso intensivo sobre economía básica y decirle que no hay gloria en afirmar que no tiene una cuenta bancaria o tarjeta de crédito. Todavía le quedan cuatro años antes de completar su mandato: tiempo suficiente para aprender cómo funciona la economía y evitar un empeoramiento del desastre.

Por Andrés Oppenheimer
Columnista de The Miami Herald y nuevo Herald, Miami, EEUU.