Por muchos años fui guía de Turismo, por ello debía estar preparada para cualquier consulta fuera del relato que uno tenía para dar, por lo que además me preparaba para esas posibles preguntas de personas que querían saber algo más o que se relacionaban con su trabajo o simple curiosidad y quería conocer el cómo lo hacíamos nosotros, para transformar un desierto en un sitio tan productivo. Es por ello que realicé algunos relatos de orden históricos. De los cuales este es un resumen.


A causa del régimen climático árido, en la provincia de San Juan, la agricultura necesita del riego durante todo el ciclo de los cultivos. La superficie agrícola es regada con agua distribuida por la red de riego y también solo con agua subterránea mediante extracciones privadas. Los cultivos de mayor importancia son la vid y el olivo, luego siguen las hortalizas cultivadas y las pasturas (principalmente alfalfa) y además los frutales. Para poder cultivar y mantener esta producción de productos en un clima árido como el de San Juan, es necesario un sistema de riego cuya base son embalses de agua que distribuyen el agua por canales y acequias.


Siempre decimos que en San Juan estamos en casi un desierto y que la naturaleza nos regaló un río, que lo llamamos el "Río San Juan''. Su caudal de agua suele variar. En una ocasión llevó tanta agua que el sitio de fundación debió cambiar de lugar porque el río se llevó todo. Luego, donde la ciudad se ubica, que también fue arrasada por el río en varias oportunidades. De allí que el nombre del sitio de ubicación de la casa natal de Sarmiento se llame barrio "El Carrascal'', que significa pedregal, o sea la piedra que traía el río y la iba dejando en su recorrido. El cauce del río proviene de las aguas de deshielo de la alta montaña, por lo que su derrame es mínimo en invierno y máximo en verano, necesitando de manera inevitable su regulación a través de embalses. Este fenómeno de la naturaleza ocurre y por ello es una de las funciones de los diques, que además permite la distribución del agua a todo el Valle de Tulum.


El primero fue el San Emiliano que hace construir Nazario Benavidez y lo realizan vecinos, obreros y presos de la cárcel. Estaba ubicada por la zona y se le conmutaban penas por su trabajo. La construcción era de defensas de las aguas .En 1850 al dique que construyen se lo llamó con el nombre de la cárcel "San Emiliano''. Pero todo el esfuerzo en la construcción de defensas de 10 metros de altura, por la cantidad de agua que llegaba, no resistió esta obra, dicen que el río traía 2000 m3 por segundo. Luego con financiamiento de la Nación fue reconstruido, y si bien su longitud no era suficiente, pudo soportó una desgracia en 1888 de una gran crecida del río.


Durante el gobierno de Salvador María del Carril, en el año 1869 contrató al Ing. Octavio Nicur, se realizaron estudios en la Quebrada de Zonda y se construyeron el Dique Nicur y el Dique La Puntilla próximo al actual Dique José Ignacio de la Roza, ambos diques fueron destruidos uno por mano del hombre que consideraba que le perjudicaba y el otro por una crecida. La solución definitiva para evitar la destrucción, fue propuesta por el Ing. Céspedes. En la década de 1920, mediante un sistema de defensas. Y sigue la historia del Agua en San Juan, que como dijo Sarmiento "Es el elemento vital''. 



ÍCONOS DEL AGUA

Entre las obras proyectadas entre 1943/49 fue remodelado el Dique Nivelador La Puntilla, hoy llamado José Ignacio de la Roza y el Dique Partidor San Emiliano con tres grandes canales que riegan el Norte, el centro y el sur del valle, con un sistema de 2.000 kilómetros.

  • Dique Los Caracoles, obra hidroeléctrica, que actualmente lleva agua para la producción y para el Turismo. 
  • Dique Punta Negra, con el mismo fin que la anterior y el "Dique de Ullum'', desde donde se distribuye el agua a para consumo humano que va hacia Marquesado y hacia el Nivelador José Ignacio de la Roza, para riego.
  • En 1818 comienza la construcción de la primera obra hidráulica del Estado en la provincia, inspirada y autorizada por José de San Martín, gobernador intendente, entonces, de la Provincia de Cuyo, quien trae un experto "para delinear el caos y establecerla'' (Landa, 1947). La obra fue el canal Pocito y una parte de los trabajadores que lo construyeron fueron soldados capturados en la lucha por la independencia contra España. Junto con la aprobación de la obra se subastaron tierras fiscales donde se ubicarían los futuros terrenos a irrigar y poner en cultivo (Videla, 1972). El agua comenzó a fluir por el canal en junio de 1819 y en ese momento inició el proceso oficial de puesta en valor de las tierras irrigadas.

Por María Teresa Forradellas
Licenciada en Turismo