Es la original conclusión que obtuve luego de casi cuatro décadas enseñando en distintos niveles e instituciones educativas o dedicadas a la formación.

En virtud de requerirse un rol activo en los alumnos para que estos construyan el saber a partir de su propia experiencia y bajo la dirección y guía de un profesor, las actividades diseñadas serían concluyentes para desarrollar en ellos la disposición de investigar y aprender no sólo por cuenta propia, sino además trabajando en equipo.

Esta disposición garantiza a lo largo de la vida profesional el verdadero interés y compromiso que el joven debe tener para con su carrera o trabajo al que se haya inclinado por propia elección.

Todo proceso de enseñanza aprendizaje o modelo educativo puede ser el más idóneo para llegar al conocimiento mediante técnicas o métodos eficaces u oportunos en manos del enseñante.

Sin embargo, la modalidad de taller es el método por excelencia que califica de manera significativa al conocimiento toda vez que se necesita activarlo ya sea con propuestas de postulados teóricos o bien con la misma experiencia.

El trabajo por talleres es una estrategia pedagógica que además de abordar el contenido de una asignatura, enfoca sus acciones hacia el saber hacer, es decir, hacia la práctica de una actividad.

Es una de las metodologías más difíciles de implementar que requiere del profesional de la educación no sólo sea titulado como profesor con cuatro o cinco años académicos de formación en los profesorados superiores universitarios sino además una constante formación sólida y continua en el campo de la investigación.

Bajo el "forzado'' enfoque actual de competencias, los talleres pueden ser considerados como cursos que presentan el ambiente idóneo para la conceptualización y el trabajo que de autonomía al alumno con una continua supervisión del profesor.

No obstante el grado de participación de aquellos no debe ser tan variable ni escaso, todo lo contrario requiere mayor dedicación y tiempo.

La estrategia metodológica implementada como taller hace posible que las habilidades del aprendiz interactúen junto al pensamiento crítico dando prioridad a la razón y al ejercicio intelectual. Cuando ambos, profesor y alumno se encuentran trabajando en esta modalidad, en el proyecto formativo los resultados son prometedores y el desarrollo de las capacidades se ven enriquecidas por la inherente habilidad para pensar que el mismo proceso requiere.

El recurso utilizado y reconocido como Powerpoint garantiza complementariamente a este un nivel de análisis muy significativo para mantener una mente activa, toda vez que se requiere de la exposición en los avances logrados.

La presentación final de los trabajos de talleres, más allá de su exposición debe realizarse con la modalidad de proyecto de investigación, de esta manera la construcción del saber reviste mayor carácter de rigor científico.

Ya, conocer bien a los estudiantes, sus necesidades e intereses, no son el objetivo sino sus aptitudes y predisposición. No olvide entonces cada enseñante que para realizar una planificación acorde al modelo investigativo de avanzada que una sociedad de vanguardia hoy requiere, la modalidad de taller supera a cualquiera de sus competencias.