Señor director: 


Somos conscientes de que cualquier trabajador se merece un sueldo digno y, al mismo tiempo, cualquier joven se merece poder ir a la escuela. Estas dos situaciones conviven en este país de locos, y está en nuestras manos ponerle un freno a esta manía argentina de cortar todo, de ir directamente al choque, al paro. Sé que es difícil, pero hay que intentar otra alternativa: el diálogo. Los jóvenes que hoy estamos sin clases, somos los que, en el futuro, vamos a trabajar, vamos a seguir adelante con el país. Les propongo entonces, pensar lo siguiente: ¿dejarían ustedes, trabajadores del hoy, que su país, nuestro país, lo manejen personas que no han sido educados en su totalidad, que no han sido bien educados? Estoy segura de que no. Porque cada día de clases que un estudiante pierde, es una oportunidad de progreso -para el mismo estudiante y para todo el país- que se muere para siempre. Por favor, les pido que nos den la oportunidad de estudiar. Para tener un futuro, para poder progresar en la vida, para poder mantener a nuestra familia y, sobre todo, para que Argentina mejore.