Retrato de época de Los Regeneradores.

Los regeneradores eran un grupo de jóvenes políticos, educados principalmente en Buenos Aires y Córdoba, desprendidos de "El Club del Pueblo", partido descendiente del antiguo "Partido Federal" y opositor al "Partido Liberal" heredado del antiguo unitarismo, quienes inspirados por la juventud e intelecto del Dr. Anacleto Gil, gobernaron San Juan entre 1881 y 1884, generaron cambios jurídicos, impositivos y de obras públicas, sacando a nuestra provincia del letargo en el que había caído.


José Anacleto Gil nació el 21 de Enero de 1852. Hijo de Anacleto Gil (respetado político de la época) y Juana Merlo, tuvo siete hermanos y aprendió sus primeras letras del destacado educador Dn. Manuel José Zapata y luego estudió en el Colegio Nacional. Allí conoció a compañeros de clases, sin saber que con ellos forjaría un período notorio en la historia de San Juan. Ellos eran Juan E. Serú, Carlos Doncel, Segundino Navarro, Juan Manuel y Miguel De La Presilla, Juan de Dios Jofré y Rosauro de la Roza entre otros que con el tiempo se ganarían el título de ilustres de nuestra tierra.


El Dr. Gil completó sus estudios en Buenos Aires, en el colegio Nacional, donde fue alumno de José Manuel Estrada y posteriormente estudió leyes en la Universidad de Buenos Aires.


Al regresar a San Juan se incorporó a "El Club del Pueblo". En 1877 este grupo de jóvenes entusiastas constituyó la agrupación denominada "Los Regeneradores". Ese mismo año ganaron las elecciones para la renovación de la Honorable Cámara de Representantes, logrando además los tres comicios sucesivos. Durante la labor parlamentaria el Dr. Gil y sus aliados realizaron la primera reforma de la Constitución Provincial.


En 1881 tras vencer en las internas a José Pedro Cortínez, el Dr. Gil ganó las elecciones para gobernador, la cual fue apelada por no cumplir con la edad mínima de 30 años, él tenía solo 28.


Aprobado por votación se lo proclamó gobernador de San Juan. El 12 de Mayo asumió su cargo y con su inusitada energía de juventud, decidió prorrogar las sesiones de la H.C. de Representantes a fin de poder tratar 22 leyes que el propio Gil había escrito de puño y letra, y que servirían para ordenar la provincia, jurídica y contablemente. Entre ellas: Se Organizó el archivo de la provincia, pudiendo así indemnizar a civiles y militares que colaboraron en la formación del ejército libertador de los Andes. Se crearon planillas y recibos de sueldo para los empleados estatales y se inventariaron los bienes provinciales. Se creó la "Dirección Gral. de Rentas" con sus oficinas en Capital, Jáchal y Valle Fértil. Se crearon impuestos a los inmuebles, al agua ardiente y otros tributos que recuperaron el erario provincial, el que yacía ahogado en empréstitos con la nación.


Se creó el "Registro Civil de las Personas", hasta entonces sólo documentadas con actas de bautismo en las parroquias. Se creó el primer régimen municipal allí nació el cargo de intendente y los concejos deliberantes. En otros órdenes institucionales se creó el "Departamento 25 de Mayo" (cercenándolo de Caucete) y la "Villa Aberastain" en Pocito. Además se emprendió un plan de obras públicas inusitado para la época, el que incluyó la creación de las plazas Laprida y Aberastain; la instalación de la fuente de la plaza 25 de Mayo y el empedrado de calles y veredas; Se colocaron los primeros filtros que dotaron de agua potable a la ciudad. Se crearon 12 escuelas fiscales, además de la Escuela Antonio Torres. Se designaron fondos y concesionaron las obras de construcción del Cuartel de Policía y la Cárcel de la Ciudad. Además se designó el presupuesto y construcción de la Casa de Gobierno Provincial. Además se fundó el Banco Agrícola (antecesor del Fondo para la protección Agrícola).



Por Antonio Díaz Ariza  Docente y escritor.