Hace 50 años los jóvenes franceses quisieron cambiarlo todo y hoy el presidente Macron no celebra por temor a las protestas sociales. Fue la revolución pacífica más impactante que conoció Europa y que muy pronto contagió al resto del planeta. Si bien se calificó de revuelta estudiantil sin precedentes contra la sociedad de consumo, inmediatamente se convirtió en la mayor huelga general de la historia de Francia, con la adhesión de casi 10 millones de trabajadores. A pesar de que tuvo centenares de detenciones, la sangre no llegó al río, pero el entonces presidente Charles De Gaulle, célebre héroe de la Segunda Guerra Mundial y fundador de la V República francesa, vio resentido su liderazgo. Estas protestas populares, inicialmente juveniles en las calles de Francia durante mayo de 1968 y que se prolongaron hasta junio del mismo año, llevaban consignas como "Seamos realistas, pidamos lo imposible'' o "Haz el amor y no la guerra''. La idea partió de grupos de estudiantes universitarios y jóvenes rebeldes con influencias del movimiento hippie, que se oponían a la continuidad de una sociedad "excesivamente conservadora''. A ellos se fueron sumando grupos de obreros industriales, gremios y de manera abierta el partido comunista francés. No funcionaron trenes ni aviones, fue casi nula la circulación de autos en París y la gran mayoría de las fábricas pararon.

El Mayo francés con epicentro en París, tuvo influencia en todo el mundo.

Fue una revolución que acunó muchas causas diferentes como el ecologismo, la libertad sexual, la educación igualitaria o el feminismo, y todas recibieron un impulso nunca antes visto, pero la autoridad suprema no se resintió, a pesar de que De Gaulle tambaleó, tuvo que llamar a elecciones anticipadas y terminó yéndose antes de un año.


En la Argentina se dice que impactaron aquellos sucesos y la primera "muestra local'' fue el histórico "Cordobazo'' de 1969 que hirió mortalmente a la dictadura de Juan Carlos Onganía concluyendo sus sueños de perpetuarse en el poder. Sin embargo, según escribió Horacio Tarcus en la revista "Ñ'' del diario Clarín, ni para el peronismo proscripto de entonces ni para los gremios, sirvió de ejemplo el Mayo francés, ya que entre nosotros se lo calificó de "protesta frívola'', para otros "burguesa'' o "muy europea''. En San Juan, la joven Universidad Provincial Sarmiento, nacida tres años antes, no estuvo ajena a debates sobre el fenómeno. Pero quien interpretó lúcidamente aquellos días históricos fue John Lennon, el prodigioso integrante de "Los Beatles'', cuando en 1971, escribió su celebérrima "Imagine'' ("Imagina''), que en algunos pasajes dice: "Imagina que no hay Cielo/ es fácil si lo intentas/(...) Imagínate a todo el mundo/ compartiendo todo el mundo/ (...)Espero que algún día te unas a nosotros/y el mundo será uno solo.''


Hoy, a 50 años de aquella osadía juvenil francesa, el planeta es escenario de una calma frágil o como ha dicho el papa Francisco "hoy en día hay guerra y odio en todas partes (...)''.


A pesar de todo, el Mayo francés será recordado en estos días en todo el mundo, incluso en San Juan por la Alianza Francesa. Pero, curiosamente, para el actual presidente francés, el joven Emmanuel Macron, no es conveniente celebrar desde lo institucional. La sensible inestabilidad que impera en Francia no sería escenario adecuado para conmemorar las revueltas de los abuelos de los actuales manifestantes.