Gran parte de las experiencias de Favaloro están en el libro "De La Pampa a los Estados Unidos" y las muestras que se realizan periódicamente en su honor.

La recordación de un nuevo aniversario del fallecimiento del Dr. René Favaloro, acaecido hace unos días, nos lleva a sumergirnos en las letras de sus pensamientos y en las obras que dejó como médico rural. No podemos dejar de consignar sus vastas conferencias que además de conmover sirvieron para dinamizar la búsqueda de desafíos y metas que este destacado profesional dejó planteadas para todos los tiempos.


Su legado está conformado por disparadores para todos los segmentos del hacer humano, pero, en especial, y yendo al momento pandémico actual, hay evidencias de que sus palabras, diagnósticas y de pronóstico que dejó estampadas en un grabado memorable en piedras sillares, preanunció de un modo u otro que esta y muchas otras acechanzas pestilentes eran y son predecibles como también es factible prepararse en términos de prevención.


Las dos cosas pintó en sus análisis, una la previsión de que hay síntomas de desastres posibles pero que no los enfocamos como probables en el análisis de sus causas en su vínculo con el modo de vida que llevamos. Y la otra es que dio claras muestras de cuál es el camino de amortiguamiento, la construcción de una malla de protección que se puede hacer en tiempos de normal desarrollo. Y fue directo al enfocar, en primer término, el modo de vida moderno que copa el mundo que es el neoliberalismo.


Pero también es directo en señalar el camino de la superación al llamar al ser social del "hombre/mujer" a que construya una solidaridad amplia y concreta que mejore las condiciones de vida insoslayables que hacen a la digna vida en sociedad.


El doctor René Favaloro, tiene en su mensaje signos y símbolos de comunicación vivos no muertos, activos no pasivos, vibrantes no insignificantes, motivantes no conservadores.


A quien se lo conocía como el "Doctor de la humildad, del trabajo constante, y del servicio exhaustivo" decía que: "Ha llegado el momento, de detener el girar constante de nuestro planeta. Examinarlo, examinarnos, hacer el diagnóstico correcto y buscar todos juntos el tratamiento adecuado. Sólo lo lograremos si entendemos que estamos convocados por un compromiso ineludible: debemos luchar por una sociedad más justa y equitativa, sin prejuicios de ninguna índole. Sólo lo lograremos si no nos apartamos nunca de los lineamientos éticos basados en el respeto a la dignidad del hombre". Nótese cómo no deja nada afuera del enfoque analítico, habla de lo social, habla de la ética, habla de lo sanitario, habla de lo individual al servicio ético del otro, en fin, habla de la inclusión social, pero, no en la abstracción de la naturaleza, pues, llama la atención en que el enfoque debe ser ecológico en primer y constante término de la revisión de la evolución del ciclo humano sobre la tierra y, de este en el universo continente. No sólo es social, no sólo es técnico, no sólo es ético, es un pensador total en cuanto arranca su interpelación trascendental desde la madre tierra y del infinito e inquietante universo insuperable desde lo ontológico. Dos frases de cierre de este breve y modesto recordatorio del Dr. René Favaloro a veinte años de su partida al cielo: "Si no tomamos conciencia del desastre ecológico que el hombre ha desatado en nuestro planeta -la Argentina no queda excluida- las consecuencias serán terribles. (...) Todos debemos comprometernos a luchar sin descanso por la rehabilitación del aire, el agua y la tierra. (De "De La Pampa a los Estados Unidos''). Los progresos de la medicina y de la bioingeniería podrán considerarse verdaderos logros para la humanidad cuando todas las personas tengan acceso a sus beneficios y dejen de ser un privilegio para las minorías" (Buenos Aires, Congreso de Bioingeniería 1999).

Por el Dr. Mario Luna y el Prof. Fabián Núñez