Newt Gingrich, el aspirante que va a la cabeza de las encuestas entre los republicanos mientras el ala más conservadora del partido sigue buscando una alternativa al ideológicamente zigzagueante Mitt Romney, rompió con los demás aspirantes republicanos en el debate del 22 de noviembre en CNN, diciendo algo que para la mayoría de nosotros es obvio: que es imposible -y moralmente cuestionable- tratar de deportar a la totalidad de los 11,2 millones de inmigrantes indocumentados de este país.

Gingrich dijo que EEUU, tras reforzar la frontera con México y lanzar un programa de trabajadores temporarios para cubrir los empleos que los estadounidenses no quieren ocupar, deberá crear un sistema inmigratorio que permita que algunos indocumentados que llevan muchos años en el país se queden aquí.

"Si usted ha estado aquí 25 años y tiene tres hijos y dos nietos, y si ha pagado los impuestos y obedecido la ley, pertenece a una iglesia local, no creo que debamos separarlo de su familia, desarraigarlo por la fuerza y echarlo de una patada'', afirmó Gingrich.

Para la gente que ha estado en este país 25 años, Gingrich propuso crear una "Tarjeta colorada'', que les permitiría quedarse en el país pero no recibir la ciudadanía. Otros que llegaron recientemente serían deportados, indicó. Además, añadió, los extranjeros graduados en carreras muy necesarias conseguirían la residencia automáticamente. "Creo que deberíamos tener una visa H para cada graduado en matemática, ciencia e ingeniería, para permitir que se queden en el país'', dijo.

Previsiblemente, otros aspirantes republicanos, tratando de posicionarse a la derecha de Gringich, exigieron una deportación general de todos los inmigrantes indocumentados.

Cuando el moderador del debate, Wolf Blitzer, le preguntó qué pensaba al respecto, Romney afirmó que la propuesta de la tarjeta colorada planteada por Gingrich -una variación menos generosa de la reforma inmigratoria con una vía para conseguir la ciudadanía que apoyó en su momento el ex candidato republicano John McCain en las elecciones del 2008- es el equivalente de una "amnistía'' y agregó que "tenemos que acabar con la inmigración ilegal. Es decir desactivar los imanes de la amnistía, la educación estatal para extranjeros ilegales y los empleadores que contratan a gente llegada ilegalmente''.

Mi opinión: Gran parte del debate inmigratorio ha estado dominado por comentaristas radicales contrarios a la inmigración y alérgicos a los hispanos, tanto en Fox News como en programas radiales conservadores que consiguen elevar sus ratings culpando a los inmigrantes mexicanos de cualquier cosa, e impulsan a los aspirantes republicanos a adoptar posturas semejantes.

Rara vez mencionan el hecho de que el número de inmigrantes indocumentados ha estado disminuyendo desde la crisis económica estadounidense del 2008. O que la administración Obama ha deportado este año una cifra récord de casi 400.000 personas.

El argumento de Romney de que está a favor de la "inmigración legal'' es tramposo, porque hoy día es muy difícil convertirse en un inmigrante "legal''. Un estudio reciente de la Fundación Nacional para la Política Estadounidense concluyó que un graduado universitario de la India puede tardar hasta 70 años para obtener su tarjeta verde de residencia. Y para muchos trabajadores mexicanos no calificados, el proceso es tan engorroso y restrictivo, que virtualmente los invita a entrar en Estados Unidos sin papeles.

Lo que hace falta es actualizar las leyes inmigratorias para que sean económicamente y socialmente viables. La propuesta de Gingrich, aunque limitada, por lo menos aporta un toque de racionalidad al debate entre los aspirantes republicanos.