No fue el arranque ideal para los principales candidatos en este Mundial de Rusia. Al empate de Argentina se le sumaron la igualdad de España, la derrota de Alemania ante México y el empate de Brasil frente a Suiza.


Si bien los cuatro resultados se dieron en un contexto absolutamente distinto, quizás la igualdad de España ante Portugal, por potencia del rival y por desarrollo del partido, demuestra que fue el que quedó mejor parado de los cuatro. Es que ahora deberá enfrentar a los dos rivales potencialmente más débiles del grupo. La derrota de Alemania ante México fue un duro golpe para el equipo europeo.


Y, a pesar de ya haber analizado el empate de Argentina, con el triunfo de Croacia ante Nigeria genera un interrogante en lo estrictamente matemático, porque en lo futbolístico la Argentina puede aspirar a la victoria ante la Croacia de Modric, Rakitic y compañía.


Si bien queda tiempo para reponerse, Argentina no mostró mayores ideas para doblegar a un equipo que limitado técnicamente aunque con algunos jugadores en un muy buen nivel, no demostró mucho. Fue incapaz de marcar la diferencia y hasta ampliar la ventaja.


Lo de Brasil fue de bueno para muy bueno en los primeros 20 minutos. Hasta justificó el gol. A partir de ese momento el equipo se estableció en una meseta y terminó sufriendo el gol del empate ante Suiza. Después ya nada pudo hacer, aun con algunas llegadas sobre el arco de Sommer. El gran problema de Brasil es Neymar. No por su juego sino por su estado físico. Luego de tres meses de baja por una lesión en uno de sus pies, ayer volvió a sentir la misma dolencia y lamentablemente no estuvo en condiciones para desequilibrar desde su talento individual, tanto en el mano a mano como en acciones colectivas o juego asociado. La recuperación de Neymar es vital para Brasil que, si bien tiene otros intérpretes, necesita de uno de los mejores jugadores del mundo para poder pelear por el título.


A excepción de Francia, que trabajó, y mucho, para poder ganarle a Australia sobre la hora, el resultado y el análisis, en el primero de sus partidos, deja un saldo negativo a las potencias.