Hermes Vieyra, creador de grandes obras, entre ellas un clásico como "Ya viene soplando el Zonda".


Sanjuanino de antiguo linaje, don Hermes Vieyra es, sin duda, uno de los grandes hacedores de nuestras melodías vernáculas. Su pasión por el arte se manifestó desde joven y en ello influyeron sus ascendientes, quienes percibieron las dotes exquisitas que tenía su poseía, encauzándolo por el arduo, pero gratificante universo de la música.


Nacido casi con el siglo, el 10 de julio de 1908, se inició en las labores musicales incursionando primeramente en el jazz, luego en el tango, la música de cámara y a posteriori en nuestro folclore nacional. Fue en este género donde afloró con fuerza su sensibilidad y templanza para producir música, que llegó incluso a interpretar don Buenaventura Luna, entre otros tantos.


INNOVADOR EN LA MÚSICA

La particularidad del maestro cuyano es que supo-sin desviarse por caminos extraños- introducir peculiaridades en sus melodías, inspirándose en la ancestral naturaleza combinada con nuestro entorno telúrico. A la guitarra criolla incorporó otros instrumentos, dando a sus composiciones un sabor en el canto autóctono particular, sin perder su auténtica condición.


Entre los conjuntos vocales e instrumentales que constituyó uno de los más destacados fue el célebre "Grupo Ariel". Con él abordó una extensa temática que incluía a diferentes ritmos latinoamericanos e igualmente la música ciudadana argentina, sin postergar el acervo cuyano.


CUALIDADES DE GRAN COMPOSITOR

Las creaciones más recordadas del maestro Vieyra fueron "Canto pirqueño", "Pobrecita la Deolinda", "Madre yuyera", "Leyenda del corralito" y muchas más, aunque seguramente una pieza que se convirtió en un clásico fue el célebre "Ya viene soplando el Zonda", cuyos versos surgieron de la pluma de Ofelia Zúcoli. El tema fue interpretado por numerosos conjuntos y solistas de conocida trayectoria, siendo uno de los favoritos de don Atahualpa Yupanqui, con quien mantuvo una cordial amistad.


Sus cualidades de compositor cautivaron las plumas de consagrados poetas y escritores como Jorge Leónidas Escudero, Juan Conte-Grand, Antonio de la Torre, Lionel Castro Costa, etcétera, además de Buenaventura Luna y Ofelia Zúcoli.


Concluyendo este breve artículo transcribimos la opinión del gran compositor referida a su propia obra: "Dediqué toda mi vida a la música, que es un bálsamo reconfortante, que hace bien, que es amiga de la bondad (...). Pocas manifestaciones espirituales expresan con tanta fidelidad los sentimientos más íntimos y genuinos de un pueblo, de su folclore, de su evolución, de su presente (...). Pude decir en el lenguaje musical los contenidos de mi corazón, del paisaje, de las cambiantes formas de la naturaleza... estoy conforme...".

Por Prof. Edmundo Jorge Delgado
Magíster en Historia