Por Antonio De Tommaso

Los Kirchner, desde el 2003, -para bien o para mal-, siempre acostumbraron a sorprender. Lo hicieron con Cobos y Boudou como vicepresidentes y con un sin número de decisiones de gobierno durante 12 años. 

Desde hace un tiempo en pasillos se barajaba la posibilidad que Cristina Kirchner no fuese candidata a presidente. No obstante la maquinaria del aparato comunicacional del oficialismo nacional se obsesionaba con presentarla como la adversaria ideal.

Esta decisión implica barajar y dar de nuevo no sólo para el macrismo, sino para el propio peronismo.

El macrismo, fuertemente golpeado y desacreditado, está al borde de una derrota electoral contundente en octubre. Esto los obliga a una readecuación de estrategias. Cada vez es más lejana la posibilidad que el presidente Mauricio Macri busque su reelección. 

El macrismo, fuertemente golpeado y desacreditado está al borde de una derrota electoral contundente en octubre.


El plan María Eugenia Vidal, actual gobernadora de la provincia de Buenos Aires, es la posible alternativa para que Cambiemos intente retener el poder. Para ello necesita socios fuertes como la UCR, que también se debate en continuar o no la Alianza. Posiblemente apelen a Lousteau, y por qué no al mismo Juan Manuel Urtubey, pretendiendo de esta forma quebrar aunque más no sea una mínima parte del peronismo.

En cuanto al peronismo no kirchnerista, (Sergio Massa, Daniel Scioli, Juan Schiaretti) donde un amplio grupo de dirigentes pretenden ser precandidatos presidenciales, se ven ahora en la obligación de dialogar y posiblemente bajar sus pretensiones.

Las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), en el uso cotidiano, admiten no más de dos o tres fórmulas "fuertes". Esto significa que una formula será la de Fernández- Fernández y la o las otras del peronismo federal o alternativo. El resultado es toda una incertidumbre. 

Es importante destacar que la sociedad demanda posturas más moderadas. 

No hay espacios para radicalizaciones extremas. Sí para consensos. Y esto lo saben todos los posibles candidatos y aquí radica uno de los fundamentos de la decisión de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Incluso, a pesar de estar primera en la intención de voto, y a un paso de ganar en primera vuelta (aquí otra sorpresa).

¿Los sectores más pobres, se sentirán emocionalmente protegidos por Cristina siendo vicepresidente?

Los interrogantes más fuertes son: 

-¿El denominado kirchnerismo de base y los movimientos sociales afines, acompañarán esta decisión de su líder?

-¿La postulación de Alberto Fernández articulará, sumará a sectores del peronismo no kirchnerista como Lavagna, Solá y Massa?

-¿El macrismo será capaz de aggiornarse y buscar alternativas para evitar la derrota?

-¿El macrismo será capaz de mantener la calma y no enloquecer discursivamente contra la fórmula anunciada ayer, afirmando -por ejemplo- cosas tan refutadas por la realidad, como que Alberto Fernández será un títere de Cristina, imitando frases como que Néstor Kirchner iba a ser un títere de Duhalde?

-¿La fórmula anunciada ayer es convincente para los sectores medios?

-¿Los sectores más pobres, se sentirán emocionalmente protegidos por Cristina siendo vicepresidente?

-¿La postulación de un moderado y dialoguista como Alberto Fernández permitirá una nueva configuración del electorado argentino, quien reclama "superar la grieta"?

Estas y muchísimas preguntas más son las que definirán cómo será la historia del país a partir de diciembre.