Enseñar Ciencias para que el alumno comprenda su propio mundo, debería ser la principal motivación en el aula. La Lic. A. Seferian (2009) plantea "que la ciencia en la escuela se construya a partir del conocimiento cotidiano, en donde de manera gradual se vayan incorporando términos vinculados al conocimiento científico''. Lo que se busca es el desarrollo de las habilidades cognitivas (conocimiento) La comprensión del mundo actual requiere de miradas complejas, que incluyan lo ambiental y lo tecnológico. A simple vista, pareciera que las ciencias y los alumnos no van de la mano. Esto se refleja después de elegir una carrera universitaria, porque son pocos los que se inclinan por las ciencias. Quizás una de las razones está en el modo de enseñar. Según un reciente Informe del Observatorio Argentino por la Educación de las evaluaciones internacionales de los alumnos, se advierte cierta disparidad. Según el informe 7 de cada 10 alumnos están en los niveles satisfactorio y avanzado en Ciencias Naturales. Sin embargo, se observa una fuerte brecha por niveles socioeconómicos. Este no escapa a la realidad del país. Los alumnos que vienen de hogares más acomodados aprenden más que aquellos de menor nivel socioeconómico. Los resultados nos vuelven a mostrar la necesidad urgente de fortalecer la educación en contextos de pobreza, donde todavía muchos alumnos egresan de la escuela con menos herramientas para la vida que sus pares de familias más favorecidas. Nos vuelven a revelar las desigualdades de origen que la escuela no está pudiendo revertir. El informe también detalla que el estrato socioeconómico alto, el 82,3 % de los alumnos de sexto grado, alcanza el nivel satisfactorio o avanzado en Ciencias Naturales, mientras que en el bajo sólo el 52% de los alumnos por debajo de la media logran esos niveles. Las provincias que lograron mejores resultados fueron Ciudad de Buenos Aires, La Pampa y Córdoba. En el otro extremo, se encuentran provincias más pobres como Chaco, Santiago del Estero y Catamarca. La lógica se mantiene, a medida que se hace foco en desempeños de alumnos de estratos económicos más altos los resultados son mejores. Pero también, se están experimentando nuevas formas de aprender Ciencias, como las pruebas que se realizaron en 70 escuelas porteñas. En ellas, detectaron una forma efectiva de enseñar Ciencias. Evaluaron los séptimos grados y establecieron tres grupos. El primero fue de control, el segundo, los maestros recibieron una secuencia didáctica (una serie ordenada de actividades relacionadas entre sí) y el tercero una secuencia didáctica y la guía de un tutor. La diferencia entre los grupos es que no podía resolver las preguntas para pensar. Las diferencias en los modos de enseñar fueron notorias. Se advirtió que el 80% del tiempo de clase se dedicaban a las actividades de baja demanda cognitiva (conocimiento) y que los docentes que más le dedicaban a las actividades para pensar, como es de esperar, tenían alumnos con mejores resultados de aprendizaje.


El método que instalaron en las aulas fue el de indagación. Es decir, posiciona a los alumnos como investigadores.


Louis Pasteur dijo"; "La ciencia no sabe de países, porque el conocimiento le pertenece a la humanidad y es la antorcha que ilumina el mundo. La ciencia es el alma de la prosperidad de las naciones y la fuente de todo el progreso''. 


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Alumnos en una clase de ciencias.