La labor especial de las DAI, muchas veces no reconocida.


Mucho se escribe sobre la inclusión. Hay infinidades de conceptos y miradas diferentes sobre las escuelas inclusivas. También se aborda el tema de cómo se debe llamar a una persona con discapacidad y sobre los docentes que se encargan de su educación y formación. Pero son pocos los que se preguntan ¿qué es una DAI (docente auxiliar integrador)? y si es reconocida en las instituciones educativas.


Ser DAI implica muchas exigencias. Tiene como función principal crear un puente de comunicación y entendimiento entre el niño con discapacidad y el ambiente escolar. Y este ambiente escolar no solo incluye a su maestra o a sus compañeros de clase, sino también otras maestras y niños de otros grupos.


Una DAI es una persona, por lo general mujer, que se capacita para recorrer su camino por la vida asistiendo a niños con discapacidad, que tiene alma de madre, un sacerdocio, una vocación, un ofrecimiento y compromiso, un voto, un ministerio.


¿Qué siente una DAI? Siente mucho amor por aquellos seres humanos que son diferentes, con discapacidades, con capacidades distintas, con disfunciones, algunos no videntes, otros en sillas de rueda, otros que no hablan, no escuchan, no se expresan, como otros que nunca podrán correr, saltar, brincar, patear una pelota.


El docente auxiliar integrador acompaña al educando de una Institución Educativa Integral, a apoyar el conocimiento científico que transfiere el currícula escolar a través de la docente de cada asignatura, modificándolo, adaptándolo, sin que pierda la esencia, y que el niño, cualquiera sea su capacidad cognoscitiva, lo pueda deducir, entender, reconocer.


Ser DAI es concurrir todos los días a una escuela , sin ser parte de la misma, con un alumno al que hay que acompañar, cuidar, educar, consolar cuando tiene crisis, guiarlo para realizar sus tareas, brindarle el apoyo que necesita, para obtener conocimientos y mejorar su calidad de vida. 


También es no permitirse estar enferma, porque se le descuentan los días faltados aún justificados con certificado médico, es estar disponible con el tiempo que el alumno necesita sin faltar a clases, porque el alumno debe ingresar a la rutina de enseñanza sin perder ninguna.


Estos docentes se involucran con el entorno familiar del alumno, para ayudarlo, entenderlo y atenderlo mejor. Se capacita día a día, para observar, ser dinámicos, fuertes, sin cansancio ni malestares, aunque el mundo caiga.


Una DAI, muchas veces tiene que mendigar una firma de una autoridad educativa en una planilla de asistencia. Es pagar un impuesto DGI y Rentas, no estar moroso aunque el dinero del pago llegue cada 3 o 4 meses. Estos Impuestos deben estar pagados al día, porque si no, no se puede facturar.


Estos docentes que dependen del Ministerio de Desarrollo Humano no cuentan con un sueldo digno ya que no llegan a cobrar $9.000 por mes.


Pero más allá de todo esto, la labor de una maestra integradora es esencial para la interrelación social de un niño con discapacidad, por lo que la tarea que llevan adelante la deben hacer con alegría, responsabilidad y confianza en el niño.

Por Rosa Alicia Barahona
Profesora de Educación Especial