En su primer mensaje de año nuevo, durante la jornada en que la Iglesia celebró el Día Mundial de la Paz, el papa Francisco renovó con énfasis su convocatoria para construir una sociedad justa y solidaria para lo cual reclamó que cesen los conflictos armados y todas las situaciones de violencia que conmueven a la humanidad.

Los asuntos internacionales, en particular los hechos de violencia armada que desangran a pueblos indefensos, víctimas de cruentas guerras civiles como la de Siria, son temas que trascienden a este papado, calificado de excepcional, porque va más allá de una misión pastoral para introducirse en la compleja diplomacia de los liderazgos políticos mundiales y hacer frente a las disputas hegemónicas.

Bergoglio, profundamente comprometido con el cese de la violencia y de las guerras, como lo demostró en su firme intervención en el conflicto de Siria, que frenó junto con Rusia sobre la hora una respuesta armada de Occidente, instó ahora a no quedar indiferente e inmóvil ante la violencia y las injusticias que reinan en tantas partes del mundo, según precisó en su llamado ante una muchedumbre de la que también tomaron parte los embajadores y representantes del cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede.

El compromiso del Papa con los conflictos mundiales lleva a hechos concretos, como el encuentro de expertos internacionales que se celebrará el 13 del corriente en el Vaticano, organizado por la Academia Pontificia de las Ciencias, con representantes de los Estados Unidos, Rusia y otros comprometidos, incluyendo al exprimer ministro británico Tony Blair y al premio Nobel de la Paz Mohammed El Baradei.