Debemos seguir el ejemplo de nuestros abuelos inmigrantes. Llegaron paupérrimos a este suelo, y lograron cambiar su realidad. 

 
Furioso por ser frustrado, un ferviente creyente subió a lo más alto de la montaña, e increpó a Dios por no poder escuchar sus súplicas: Señor!! , hazme rico!, dame dinero mucho, rezo todo el día y nada material me das! , hace veinte años que te vengo suplicando lo mismo!! ... .-Y hace veinte años que te digo que hagas algo, aunque más no sea comprar un billete de lotería- Se escuchó desde el cielo!!. 


En definitiva cabe preguntarse, ¿cuál es la manera de cambiar la realidad en la que estamos viviendo?. La necesidad del cambio, es uno de los bastiones principales, y es un condimento inherente a la vida. Hoy somos la consecuencia de un exceso de ambición, de una ingenuidad estúpida, y de una avaricia sin parangón. ¿Pero... qué es el cambio?, ¿y qué es la transformación?... El cambio, se produce, cuando una situación externa nos advierte, que es necesario cambiar para adaptarnos a una nueva situación. El cambio, es una invitación que alguien nos propone, en esta circunstancia la respuesta a esto, depende de nuestra resistencia al mismo, es en ese instante, donde se produce la transformación. 


La crisis, muchas veces es el factor determinante del cambio. Crisis, comparte etimología con crisálida, que es la transformación del gusano en mariposa, ejemplo este, en el cual se posibilita que de una crisis surja una oportunidad. 


El primer paso de la transformación es el "querer+, si uno no quiere cambiar no va a haber transformación posible, ergo primero es la aptitud, el yo quiero. Lo segundo es la "preparación intelectual+, saber, formarse, estudiar, ser competente, saber razonar. El tercer paso es "el poder+, si quiero ser y puedo llegaré, pero hay una cuarta, "la visión+, el para qué, es la capacidad de crear una utopía, una visión compartida. 


Séneca decía, que si no se sabe a qué puerto se va, ningún viento es bueno. La voluntad de crear es fundamental. Cuando estos cuatro ítems se fusionan se produce el cambio, y como consecuencia de ello la transformación. 


Víctor Frankel, fulmina todo esto con su axioma.... Las últimas de las libertades es poder elegir la aptitud humana por difícil que sea, ahí esta la diferencia, las personas que logran transformar su realidad, eligen ser, y lo logran, si a esto le sumamos el talento, pues el éxito es una realidad. 


Sin embargo el mal argentino de hoy, es creernos que es posible, adelgazar sin esfuerzo físico, que se puede aprender sin esfuerzo intelectual, que se puede amar sin esfuerzo emocional, y que se puede transformar la vida apretando un botón, y los más grave, que se puede tener sin trabajar. 


Pero más lejos debemos llegar todavía, debemos seguir el ejemplo de nuestros abuelos inmigrantes, que llegaron paupérrimos a este suelo, y lograron cambiar su realidad. Debemos entrar en la cultura del sobre esfuerzo, del exceso del trabajo y del ahorro compulsivo, debemos abandonar el victimismo, y sin lugar a dudas debemos reinventarnos. 


Gandhi era claro cuando decía que en el mundo hay suficientes cosas para satisfacer las necesidades de todos, pero no la avaricia de pocos. Definitivamente vamos a cambiar, por convicción o por coacción ya que la realidad no da para más. 


La decisión creativa nos vuelve más protagónicos que dependientes. La súplicas es desplazada por la iniciativa, la pasividades es superada por la acción, la mera fe en el destino, debe dar paso a nuestra convicción y empeño en el afán diario. Es una forma madura de ayudar a Dios.