La actividad económica a escala mundial está repuntando, lo cual es lo mínimo que cabría esperar tras un periodo en el que el 50 % de la población mundial estaba confinada y se explica por la demanda acumulada, la reconstitución de los stocks, las importantes tasas de ahorro y, por supuesto, la aplicación de políticas monetarias y fiscales de gran calado. A este respecto, Europa debería firmar un mejor desempeño del que suele registrar en términos relativos en una recuperación. La pregunta es si la recuperación en forma de "V" se verá truncada y, bien podría ser el caso. "La tasa de ahorro preventivo seguirá situándose en cotas elevadas como resultado de la histéresis y del aumento del desempleo. La reapertura de las economías no constituye un proceso lineal. El número de contagios a escala mundial sigue siendo elevado y seguramente retrasará el regreso a unos patrones de gasto normales y las tendencias deflacionistas previas a esta conmoción se verán acentuadas.


La forma de la recuperación en China confirma este pronóstico. Es necesario implementar un nuevo paquete fiscal a corto plazo para evitar un precipicio presupuestario en el tercer trimestre, afirma Didier Saint-Georges, Managing Director y miembro del Comité de Inversiones Estratégicas de Carmignac. 

"Dado el panorama económico a nivel mundial, es necesario un nuevo paquete fiscal a corto plazo para evitar un precipicio presupuestario en el tercer trimestre".

Los mercados reaccionan a la ausencia de visibilidad a medio plazo acortando sus horizontes de inversión, lo que explica el énfasis en la recuperación inmediata y la recuperación de los títulos cíclicos, pero también la debilidad de los mercados.


En EEUU la elección del presidente puede tener diferentes repercusiones en función de los resultados en el Congreso. El cambio más llamativo en fechas recientes es la disminución de las probabilidades de que los republicanos logren una mayoría en el Senado. Con el respaldo absoluto de ambas Cámaras, la elección de Joe Biden implicaría un incremento significativo de la presión fiscal: el impuesto sobre la renta de las personas físicas aumentaría del 37% al 39,6% en el tramo más alto, el tipo impositivo progresivo del gravamen sobre las plusvalías pasaría del 28% al 35% y el impuesto de sociedades se incrementaría del 21% al 28%. En promedio, creemos que el plan tributario de Biden revertiría en torno a la mitad de los recortes fiscales de Trump. "No obstante, resulta probable que su elección también implique un incremento del gasto en infraestructuras, el mantenimiento de una política de línea dura con China -aunque no con Europa- y la adopción de medidas significativas en el plano medioambiental que contemplarían el regreso de EEUU al Acuerdo de París sobre el clima. Uno de los riesgos económicos en EEUU podría ser que, a la luz de las incertidumbres, las pymes podrían optar por retrasar las contrataciones y las decisiones respecto de la inversión en inmovilizado", sostiene Saint-Georges.


Si bien China se está recuperando, lo está haciendo a un ritmo bastante lento, especialmente en el plano del consumo. Cabría afirmar que la recuperación está teniendo lugar en forma de "V" en los sectores de producción industrial, vivienda e infraestructuras, pero en forma de "U" en el ámbito de la inversión privada y en forma de "L" en el segmento del consumo. China está estimulando su economía, pero las medidas adoptadas no tienen en absoluto la magnitud de las que el gigante asiático aplicó en 2009.

Por Marcela Ernst


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