El Gobierno provincial lanzó hace poco más de una semana Acuerdo San Juan, una travesía de destino incierto que pinta para única en el país, por el momento en el que nació y por el contexto que la rodea. No hay registros de otra provincia donde ya se haya propuesto un acuerdo semejante y, obviamente, este período de muerte y desolación provocado por el Covid-19 le da a este proyecto de acuerdo sanjuanino un contexto extraordinario. Todo es fuera de lo común por estos días. Todos los políticos, empresarios y dirigentes invitados le dijeron que sí al gobernador Sergio Uñac, como era natural. La diversificación de la economía y las ayudas estatales a las distintas industrias que impulsó el pocitano terminaron por sellar una buena relación entre la gran mayoría de los empresarios sanjuaninos con el gobierno. Y la política es muy sanjuanina, muy sencilla en realidad: aquí la oposición no se pelea con el oficialismo, casi siempre fue así. Claro que hay detractores, pero ya se sabe que una golondrina no es verano. El planteo que inició el Gobierno provincial habla de terminar estas discusiones en 60 días más o menos y, probablemente, que todo acabe en legislación. Todo debe terminar en legislación. Si verdaderamente estamos dispuestos a rediscutir San Juan, hay que aprovechar la convocatoria, la respuesta de toda la dirigencia sanjuanina y plasmar los proyectos en legislación que perdure en el tiempo. En legislación que nadie se atreva a modificar. Es el momento. Nada moverá tanto los cimientos del mundo como esta peste. A Uñac y su gobierno le está tocando sortear un drama histórico, que le ha dado también una oportunidad única de cambiar lo que está mal y mejorar lo que se hace bien. En realidad, todos estamos en posición de ayudar a hacerlo.


El Gobernador propone jugar una especie de scrum económico y social en un partido contra los All Blacks. Hemos arrancado el segundo tiempo con algunos milagrosos puntos más, que pueden no significar nada frente al mejor equipo del mundo, si no los sabemos aprovechar. El scrum es nuestro y estamos cerca de la línea de anotación. Pero son los All Blacks. Muy pocos privilegiados en el mundo tienen el honor de haberlos vencido. La mayoría festeja como un campeonato mundial llegar con un empate al segundo tiempo. Sortear las consecuencias económicas que va a dejar esta pandemia va a ser tan difícil como ese partido. Quien crea que va a salir indemne es porque no sabe o no quiere saber.


¿Qué mejoraríamos? Muchísimo. Quizás es momento de asignar una mayor porción del presupuesto provincial a educación, y que ese dinero sólo se use en educación; quizás es hora de aprovechar todo lo que se ha hecho en el deporte y obligar a los gobiernos que vienen a mantener lo que ya se construyó; quizás es momento de pedir que las universidades giren su mirada hacia la tecnología, para cubrir las miles de vacantes laborales que surgen en San Juan y el resto del país; quizás es hora de cambiar la distribución municipal de los departamentos y achicar estructuras; quizás es momento de agrandar o encoger al Estado; quizás es momento de discutir sobre el rol de los medios de comunicación; quizás es momento de volver a reforzar los organismos de control del Estado, tan vaciados de poder; quizás es momento de garantizar mayor participación a la oposición. Es decir, hoy es momento de discutir todo. Y todos estamos obligados a participar.


Sin hacer comparaciones, del Pacto de la Moncloa salieron cambios estructurales que se plasmaron en leyes que nadie se atreve a modificar. De ese acuerdo español salió la libertad de prensa, se empezó a castigar la tortura, se aprobaron los derechos de los detenidos y de la oposición en los parlamentos, es decir, se tejió una base sólida para garantizar la igualdad. Eso ocurrió en otro país en momentos históricos totalmente distintos, pero es muy probable que salvando las distancias, los sanjuaninos estemos en condiciones de rediscutir la provincia.


Si la intención del Gobierno provincial es real (y hasta ahora no hay nada que me indique lo contrario), todo lo que se discuta en esas comisiones tienen que terminar plasmado en leyes. O, al menos, tiene que quedar el compromiso de todos de empezar a discutir temas estructurales. No quisiera que después de dos meses de trabajo, hablemos de decisiones que sólo involucran a un poder del Estado. Si no se involucran los tres poderes y todas las fuerzas de la sociedad, es porque estamos discutiendo solamente la coyuntura, y para eso la mayoría de los sanjuaninos ya eligió a Uñac.