Diseño de moda al servicio del arte.

El concepto de fashion "artimpulsado" por el diseñador y artista Manuel Fernández, surge de forma espontánea en 1998. Desde entonces fue tomando cuerpo la idea de utilizar vestidos como soporte tridimensional para las distintas disciplinas del arte. El producto es considerado como obra de arte, cercana a la pintura o la escultura, ya que no se diseñan para las pasarelas sino para las galerías de arte. Dado este matiz se instrumentaliza el diseño en la moda al servicio del arte. Muchos otros diseñadores se disputan entre la idea de considerar o no a la moda una verdadera forma arte. 


El filósofo Immanuel Kant hace alusión, en su "Crítica del Juicio'', a aquellos objetos que sin entrar en el campo del arte tienen como finalidad lo ornamental.


Hegel sería quien introduce en sus lecciones de estética, y por su valoración de la belleza artística, la idea de belleza manipulada, el embellecimiento estético. Pero sigue siendo un artículo de ropa destinado a ser usado, afirma Alice Rawsthorn directora del Design Museum de Londres. El filósofo del arte Arthur Danto, reconoce que las teorías sobre el gusto no son una cuestión sólo de gustos: cada una de ellas acarrea consigo toda una filosofía de la conducta y de la vida.


El doble movimiento entre moda y arte, entre una prenda para usar y una de exposición, aunque su diseño sea exactamente el mismo, no deja de reflejar los cambios en la cultura contemporánea. Esta colaboración entre moda y arte no podría considerarse un fenómeno nuevo. Muchos modistas se inspiraron en artistas para crear sus diseños, conocido es el caso del pintor surrealista español, Salvador Dalí, y la diseñadora de moda italiana, Elsa Schiaparelli, que con sus diseños transgresores de las nociones tradicionales de los roles de género y de la belleza, exageraron la naturaleza surrealista de la moda, brindando una sensación de libertad durante un periodo histórico convulsionado. 


El primer caso tiene que ver con el emerger del movimiento "Black is beautiful'' durante la década de 1960. Este logró popularizar una visión afrocéntrica de la belleza femenina caracterizada por el cabello al natural y la piel oscura.


En 1962, un grupo de artistas organizó un desfile de moda en Harlem que cambiaría para siempre la cultura estadounidense, demostrándole a las mujeres negras que no necesitaban gastar tanto tiempo y dinero tratando de domesticar sus trenzas naturales. En consecuencia surge este movimiento que, mediante un fuerte activismo logra el reconocimiento de la cultura afroamericana. A diferencia del ejemplo anterior, surgen forzadamente a partir de activismos.


Arthur Danto manifiesta que nos miramos al espejo no sólo para ver qué aspecto tenemos, sino para ver cómo esperamos que los otros nos vean y, salvo casos de un aplomo fuera de lo común, procuramos modular nuestra apariencia para que los demás nos vean como esperamos ser vistos.