El hecho de que en pocos días se cumpla el bicentenario del Cruce de los Andes, cuando seis columnas diferentes marcharon para restaurar la libertad en Chile, ha motivado diversos artículos. Uno de ellos, publicado por un diario mendocino, ha llamado mi atención porque afirma que la Columna Cabot destinada a liberar Coquimbo y La Serena habría partido desde Mendoza el 9 de enero de 1817, integrada por 144 hombres. Los documentos expresan una realidad muy distinta. 


Todo empieza en octubre de 1816, cuando el capitán y baqueano chileno Patricio Ceballos presenta un plan por escrito a San Martín marcando claramente un itinerario que desde San Juan, pasando por Pismanta, alcanzaría Sotaqui a las puertas de Coquimbo en 19 etapas. Este proyecto será la base de las órdenes sanmartinianas, lo que implicará buscar las vituallas y mulas necesarias para la futura expedición por parte de José Ignacio De la Roza, teniente Gobernador de San Juan. 


A principios de enero de 1817, Cabot será convocado a El Plumerillo donde San Martín está concentrando el ejército, para recibir nuevas instrucciones. Es entonces cuando Cabot se entera que es él quien deberá conducir las huestes que liberarán las dos ciudades chilenas. La orden que recibe, redactada por el propio San Martín, es extensa y completa, y expresa entre otras cosas: "Saldrá la expedición el 12 del actual precisamente. Arreglará su marcha a los conocimientos que adquiera del terreno y punto más a propósito para entrar en Chile. Llevará formadas proclamas para los habitantes del país, inclinándoles a nuestra justa causa y activa cooperación que deberán prestarle. Mantendrá en su tropa la más exacta disciplina, al paisanaje se tratará con dulzura y moderación, quien desordene en esta parte será castigado de un modo ejemplar, persuadido de que la fuerza física no ha de influir tanto como la moral...". 


Decir que Cabot partió el 9 de enero implicaría que está desobedeciendo la orden del propio San Martín. En realidad ese día Cabot sale para San Juan para comenzar a formar la columna, esencialmente por los voluntarios sanjuaninos que se sumarán a lo largo de la ruta por el norte de la provincia. El segundo jefe será el chileno Patricio Ceballos, quien había planificado todos los detalles. 


En San Juan los primeros en sumarse serán unos 80 milicianos de la ciudad, más un grupo importante de chilenos y 60 soldados de diferentes regimientos, lo único que pudo proporcionar San Martín. Estas huestes comenzarán a partir el 12 de enero y el primer inconveniente será vadear el río San Juan, enormemente crecido. En Tapiecitas, Talacasto, Gualilán se irán leyendo las proclamas que tendrán el efecto de sumar nuevos voluntarios. En Pismanta se agregan los jachalleros e iglesianos. 
Antes de internarse en la cordillera, Cabot dirige una carta a San Martín que se encuentra llegando a la estancia de Manantiales en el camino de Los Patos donde le expresa: "Reunida la División de mi mando cuya principal fuerza se compone de gente miliciana que a más de su inexperiencia no presentan aspecto militar por su lamentable aspecto de desnudez he resuelto después de detenidas reflexiones sobre la materia dirigirme al Señor general en Jefe para que me surta con cien vestuarios, y por los menos con ochenta para darles una nueva forma...". 


A pesar de su estado de desnudez, el espíritu belicoso de los voluntarios es notable y con ellos, sanjuaninos casi todos, Cabot cumplirá la orden recibida y liberará Coquimbo y La Serena. 


La respuesta al interrogante de saber cuántos hombres integraron esta columna nos la da una carta despachada el 9 de febrero de 1817 a las autoridades españolas, por un espía situado en un cruce de caminos por donde pasó la división al llegar a Chile: "Señor Don Antonio Segundo Godomar, muy señor mío: doy parte a Usted para su gobierno que ya tenemos 800 hombres de la otra banda el día de hoy...", ese contingente demolió a las tropas españolas.  


Afirmar que la columna Cabot partió desde Mendoza puede ser un grosero error o una burda manipulación, tratando de imponer que lo esencial de la epopeya sanmartiniana se concretó a partir de la vecina provincia. Eso es lo que se intentó realizar desde siempre pero ahora las cosas han cambiado.