El mundo celebra hoy el "Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer\'\', aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 17 de diciembre de 1999, en memoria de las tres hermanas Mirabal, activistas políticas de la República Dominicana, asesinadas el 25 de noviembre de 1960, por órdenes del dictador Rafael Leónidas Trujillo.

Las sociedades que son violentas por naturaleza tienden a no ver o no reconocer hechos que se desarrollan dentro de ellas hasta que es demasiado tarde. Es lo que le ocurre a la sociedad argentina, que aún no ha tomado real conciencia de lo que se conoce en el mundo como "violencia doméstica'' o "violencia contra la mujer''. Haciendo un relevamiento continuo de las recientes noticias de los medios, se llega a comprobar que son cada vez más frecuentes las relacionadas con mujeres atacadas por parte de su marido o pareja, llegando hasta la muerte.

Nuestra provincia no es ajena a este drama. La responsable del Centro de Tratamiento Integral de Violencia Familiar, reconocía días pasados que preocupa la cantidad de mujeres que en San Juan no denuncian. Hablar de violencia contra la mujer en la Argentina significa también mostrar números: en 2009, fueron 231 las mujeres asesinadas por violencia de género: en 2010, murieron 214 y 67 de ellas fueron atacadas por ex parejas, y desde el episodio donde finalmente perdió la vida Wanda Taddei, la esposa del baterista de Callejeros, Eduardo Vázquez, 26 mujeres fueron quemadas por sus parejas y 13 de ellas murieron. En lo que va del 2011, ya son más de quince las asesinadas de este modo.

Estas cifras, igual que las denuncias que se hacen ante las entidades públicas o las privadas que trabajan en el tema, son las que se dan a conocer, porque sus causas son más que evidentes. Pero hay un universo de mujeres que sufren acoso, son golpeadas o amenazadas por sus parejas de múltiples formas, y que nunca han hecho la denuncia. He aquí la raíz de que este mal se extienda: las víctimas no denuncian.

Es necesario que toda la comunidad se haga cargo de luchar contra la violencia doméstica y que el Estado intervenga con la creación de campañas publicitarias que alerten sobre la existencia de esta realidad, sobre cómo detectarla y, finalmente, a quienes acudir en busca de ayuda.