Como educador de nuestra querida provincia San Juan que se proyecta con sus ministerios hacia la nación Argentina, reconozco el deber de participar a todos los estamentos educativos y públicos a provocar un gran movimiento por el que la educación y administración estatal del país debe dar un giro sustancial y necesario para promover y promocionar el germen formativo y las iniciativas públicas necesarias para iniciar un cambio fundamental que signifique un mayor desarrollo local, una óptima inserción laboral y un perfeccionamiento que promueva la investigación científica.


Con casi cuatro décadas frente a la clase, talleres, laboratorios y experiencias extra áulicas el llamado a las Áreas responsables de ejecutar acciones técnico-pedagógicas de compromiso con toda una sociedad, que espera siempre, es el que definan y concreten políticas claras y de nuestra parte, una educación como verdaderos protagonistas bajo el nuevo paradigma "el pueblo es actor de la enseñanza", que nos impulsa a unos y a otros, profesores, padres y alumnos en calidad de ciudadanos, a enfrentar la realidad que nos toca vivir dando respuestas al citado compromiso. Es mi deber orientar el discurso hacia lo que nos proponemos ser como argentinos para lograr una identidad tal que nos unifique en nuestro sentir, pensar, actuar y ejecutar. Ocupar cargos, funciones o empleos sin responsabilidad y propuestas fuera de lo institucional es "armar una envoltura sin contenido alguno". Estamos en el más bajo de todos los niveles de aprendizaje, en el campo de las ciencias sociales y humanistas o simplemente ateniéndonos a una conducta social y en el de las ciencias experimentales y científicas con tan sólo llegar a un modelo terminado, y muchas veces ni se alcanza, cuando el más alto para la primera es el correcto desenvolvimiento y fortalecimiento de los vínculos, las ideas y sus realizaciones en unidad y el logro del emprendimiento productivo respectivamente. Eso nos hace que como nación estemos rezagados en el campo de las aspiraciones y concreciones, así, como en el del desenvolvimiento como personas.


Los contenidos programáticos no traducen un compromiso social efectivo y no se logra innovar en materia científica. Las instituciones formativas permanecen "entre las cuatro paredes del aula" o las públicas en "un recinto de oficina o café" y la promoción de cargos, sólo para ocupar un puesto redituable de bolsillo. Hemos perdido la capacidad de trabajo como avance a la espera de que "alguien de la solución". Mentes estancas y cómodas digitan los progresos que muestran solo lo que se ve como imagen o se construye como palpable, lejos de la formación integral de las personas que en muy pocos casos hacen un esfuerzo más que humano por fuera del Estado y que no pueden opinar de lo que este hace con las rentas generales o municipales y porqué realiza emprendimientos inexplicables para los ciudadanos.


Este mensaje, no puede ser crítico sin más, debe ser un llamado de atención y propuesta para todos y cada uno de los que aspiran a ocupar un puesto. Muestren entre tanto todos aquellos "atornillados en el poder político" cuál es el proyecto que tienen, diputados, concejales, funcionarios de gobierno, si hasta la misma justicia debe en sus jueces proponer como ciudadanos tramitaciones efectivas y eficaces en sus sentencias y nuestros legisladores no decantar en obediencia al poder.


No confundir con el empresariado que como ciudadanos también tienen que hacer propuestas de cambios y avances, es que el comprometido es aún más, el que está en la función publica, aquel que dice que asume para producir un cambio y miente o hace todo lo contrario a lo que necesita el pueblo o toma su puesto para enriquecerse sin que el enriquecido sea el pueblo o destruye lo construido por otro. Las observaciones realizadas tocan de cerca a funcionarios porque son quienes tienen el futuro en sus manos de la Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología y la función pública.


Ciudadano respetable, pregúntele al político aspirante en estas futuras elecciones que proyecto tiene entre sus manos y comprenderá la observación del mensaje; al menos, indague para comprometerlo, que sienta la incomodidad que representa el manejo de la "Res pública", la cosa "pública". Exíjale al funcionario, él está para Ud. y no Ud. para él.


Prof. Mario Correa D'Amico, Filósofo, pedagogo, investigador en antropología social.