La situación real de nuestro país requiere de trabajadores para su sostenimiento y construcción, no de especuladores oportunistas que a la vanguardia de quejosos discursos no aportan ni un ápice de proyectos, sólo críticas desde sus cómodos puestos se escuchan y se proclaman desde ideologías que vaya a saber de sus pretensiones y que no son ni constituyen las críticas del pueblo mismo, las que si merecen ser escuchadas. Es que Argentina desde la década del ochenta transita por un bienestar "a costa de'' ¿de quiénes?, a costa del pueblo y de parte de funcionarios y políticos que de un lado o del otro "hacen politiquería'' pero no construyen para el trabajo y el sacrificio de ponerle el hombro al compromiso social. Se esperan inversiones desde afuera, pero no se invierte desde adentro. Crece la masa del sustento público para el empleo, disminuyen los emprendimientos para el trabajo. El argentino, o se ahoga en un vaso de agua o despotrica contra los gobiernos, mientras tanto, ahí están, los inescrupulosos sembradores de discordia, una discordia que desde los discursos se pretende instalar. ¿Es que acaso Argentina está en guerra? ¿Contra quién nos enfrentamos? ¡Cuidado argentinos! ..."Porque si entre ellos se pelean, los devoran los de afuera'' (José Hernández -El Martín Fierro).


Se quiere presentar que se está contra una ideología pero en el fondo es una lucha de poder, el poder de llegar a ser, de llegar a ser gobernantes, pero no de llegar a ser argentinos. Es una presentación tal que procura instalar la pérdida de una identidad que en democracia se va dilatando con la no participación, con la indiferencia. La situación de nuestro país no da para más. La venimos remando desde el Estado. ¿Hasta cuándo? Siempre los mismos políticos, las mismas escenas económicas. Hay que bajar de una vez por todas los gastos públicos superfluos, pues, tenemos un déficit, y como tal, pedimos y contraemos deuda... ¡ah!...para estar bien, para seguir con el jueguito de no trabajar unos y otros, pero seguir sangrando al Estado. ¡Insensatos! todos, unos y otros, mientras la familia sigue peregrinando quién sabe hasta dónde.


Si nos empeñamos, nos volvemos frágiles, no podemos seguir pagando y pagando beneficios a todos. Listo, no hay mas plata, pero debe haber trabajo. ¿Es que acaso nos olvidamos de cómo se reconstruyó el mundo luego de dos guerras mundiales? Eduquemos a todo un pueblo, démosle herramientas, vayamos a proponer, presentemos vías de solución. La ecuación no es difícil, se terminó el dinero y a generarlo. Molesta esto, por supuesto pero hay que generar y producir. No se puede seguir gastándolo todo. Hay cada vez más compromiso público que no es genuino, es estadístico y no es productivo. Desde afuera nos están mirando y se han dado cuenta como somos ¿o es que ignoramos esa realidad?


El Estado debe contraerse, no puede seguir expandiéndose hasta reventar. Es de antes no de ya, tendría que haber sucedido y no fue. ¿Y ahora? Nos vamos a desintegrar chocando contra el piso antes que nos impacte un meteorito. Hay inutilidad administrativa desde varias décadas e inoperancia funcional sin verdaderas propuestas de cambio. Realmente Argentina siendo riquísima está quebrada, ¿pero cómo es esto? El discurso.... ¡la realidad!, la solución....¡trabajemos todos!, pero todos, no, unos sí y otros no.