La noticia de que no sería candidata a la Presidencia hecha conocer este sábado por Cristina cediendo ese lugar al insípido Alberto Fernández, a quien ella secundaría como Vice, deja lugar para infinitas especulaciones algunas de las cuales nos proponemos analizar.

1- Siempre aparece el recuerdo de la figura de nuestro prócer Sarmiento, quien en su momento dijo: ‘Prefiero ser cabeza de ratón y no cola de león‘ cuando se le ofreció ser vice. Se vino a la gobernación de San Juan. Hasta ahora en la historia política de Argentina y posiblemente del mundo, no se da el caso de que un ex Presidente haya desempeñado luego un cargo tan oscuro como el de quien dirige las reuniones del Senado ‘como el sonajero de la campanilla‘ para seguir con el recuerdo de Sarmiento.

2- Un mínimo de prudencia requiere esperar algunos días hasta que cierren las listas previas a las primarias. Viene a la mente la vieja táctica de que ‘yo nunca aspiré a nada pero si los compañeros me lo piden...‘, tan conocido como ‘operativo clamor‘.

3- La fórmula Alberto Fernández-Cristina no es competitiva electoralmente. Cuesta pensar que tuviera el apoyo del conjunto del peronismo, menos aun cuando hay figuras que, teniendo mayor intención de voto e imagen, no se animan aun a lanzarse. Cuesta creer que Cristina pudiera transferir al ex Jefe de Gabinete de Néstor, su peso, sus votos y su relación con la base dura del 25% de los votos.

4- ¿Deberemos poner oído a las advertencias de Elisa Carrió cuando esta semana afirmó que no participaría de ‘pactos de impunidad‘? Luego de los avatares de idas y vueltas de la Suprema Corte respecto del juicio oral que la ex Presidente deberá afrontar desde el martes, no tenemos más que la obligación de ser desconfiados. La Corte tiene en sus manos la facultad de parar el proceso en cualquier momento, ¿será esta la señal que se esperaba para continuar la estrategia de dilación? El negociador habría sido el propio Alberto Fernández.

Por otra parte hay también algunos factores de la realidad que pueden haber influido:

1- El tipo de gobierno populista que sus seguidores esperan pudiera llevar adelante Cristina, requiere de fondos acumulados para repartir, algo que aparentemente no habrá disponibles para el año que viene. No viene mal recordar que, según sus propias afirmaciones, CFK dijo que, de haber ganado Scioli en 2015, no hubiera podido pagar ni las jubilaciones ya en 2017. Sin fondos propios, sin capacidad de emitir a riesgo de hiperinflación y sin crédito local o internacional no había forma de afrontar las obligaciones inmediatas, algo que Macri subsanó con fondos proveniente del blanqueo llevado adelante apenas asumió y que permitió la llamada ‘reparación histórica‘ de actualización a las jubilaciones.

2- CFK con su Unidad Ciudadana, carecería de mayoría propia en el Congreso aun prevaleciendo el peronismo, porque los gobernadores exitosos del interior que fueron anticipando sus procesos electorales, jamás le permitirían como en otras ocasiones, poner el dedo en los futuros diputados y senadores. Gobernar en esa condiciones no sería fácil y menos sin la provincia de Buenos Aires y la Capital Federal que se descuenta se mantendrían fieles a Cambiemos.

3- Una señal fuerte será la que den los mercados el lunes en su apertura. Puede suponerse que se moverán variables como la tasa de cambio, el riesgo país y la tasa de interés, todos acompañados posiblemente por una modificación notoria en los volúmenes operados.

Pero, ojo!, mejor no nos dejemos llevar por el golpe de efecto, esperemos hasta el día en que las listas queden oficializadas el mes que viene. Llama la atención que alguien muestre el juego tan abiertamente tan pronto.