El docente que no es creador, no puede enseñar a sus alumnos a ser creativos.

Los investigadores han establecido desde hace mucho tiempo que las competencias creativas se pueden enseñar y aprender. Ahora estamos viviendo en tiempos donde cada vez más personas reconocen el inmenso valor de la creatividad en el trabajo y la vida. Después de generaciones de aprendizaje por memorización, el pensamiento crítico que aporta la creatividad a los alumnos, no será una tarea fácil, pero tampoco imposible.


Estamos frente a grandes cambios. "Las personas creativas lo son porque lo deciden. Dan rienda suelta al pensamiento, enfocan las cosas desde múltiples y diferentes puntos de vista y arriesgan a cambiar conceptos o cosas de manera diferente" (Sternberg Robert). "La creatividad es fruto de la combinación de rasgos personales: curiosidad, motivación, autoconfianza, fantasía emocional lúdica, el placer de enfrentar desafíos". A todo esto, le debemos agregar un entorno favorable o ambiente creativo, es decir, un medio que incentive y recompense el proceso y el resultado de la creatividad. Los docentes necesitan enseñar creativamente para potenciar el espíritu creativo. Trabajar en equipo por ejemplo, hacer preguntas estimulantes que los motiven a pensar. Por supuesto que tengan altos niveles de empatía, varias voces dominantes y un líder que piense distinto. También es necesario ámbitos y aspectos como fluidez, flexibilidad, asociación, síntesis así también, como habilidades de evaluación crítica. Podríamos establecer pilares básicos como: preparación, incubar una pregunta , relajarnos. Las ideas surgen cuando no hacemos nada, también hay que estar "un poco loco" (Fernando Manes).


La creatividad en los niños es como un músculo que necesita ejercitarse. Es la riqueza más importante de los países. Las ideas y creatividad nacen del cerebro y justamente la neurociencia trata de estudiar la forma lógica como funciona el cerebro y sus distintas funciones. Se trata de un hábito, una elección, una forma de ver el mundo. Pero sí, es posible generar un ambiente y actividades que propicien este aspecto. El docente que no es creador, no puede enseñar a sus alumnos a ser creativos. Es pensar en ella, como una habilidad igual que el ingenio y la inventiva.


Hay una gran necesidad de potenciar la creatividad en el proceso educativo. A veces las empresas estigmatizan los errores y no permiten el crecimiento personal. "Vivimos en un país y mundo donde día a día, se plantean grandes desafíos y requieren soluciones nuevas. Cotidianamente en la interacción social. No se castigan los errores sino se aprende de ellos. La creatividad empieza por el docente. Si es capaz de incorporar a la actividad diaria técnicas didácticas originales y diferentes, como puede ser lluvia de ideas o actividades combinadas con juegos, favorecerá el pensamiento creativo. Ello les permitirá ir más allá de los contenidos curriculares.


El docente podrá, así, estimular estrategias para fortalecer el comportamiento creativo. Hoy la sociedad tiene que reclamar conocimiento y creatividad. Ellos, son los mayores recursos para la economía, ya que la principal riqueza de un país es su capital humano.