Hace poco más de un año, en ocasión del terremoto que afectó a Chile y que se percibió en nuestra provincia, señalábamos la necesidad de tener preparados los mecanismos de seguridad para asistir a la población en caso de que un sismo de estas características se registrara en San Juan.

Con lo ocurrido el viernes en Japón, donde un terremoto de 8,9 grados de la escala de Richter y luego un tsunami ocasionaron la pérdida de numerosas vidas e incalculables daños materiales, se actualiza el tema de la prevención y de la necesidad de tener debidamente preparados los sistemas de ayuda a las comunidades que podrían llegar a resultar afectadas.

En provincias como la nuestra, donde ya existe la experiencia de movimientos sísmicos de gran intensidad, la mayoría de la población conoce que tras los difíciles momentos que implica un terremoto, con la destrucción de viviendas y obras de infraestructura básica, sigue la situación más dura, que es la asistencia a la población tanto en el aspecto sanitario como en lo referido a la alimentación, vivienda y el restablecimiento de los hogares.

Los organismos oficiales encargados de atender la emergencia social, entre los que figuran la Dirección de Defensa Civil, encargada de coordinar, ante una catástrofe, las acciones con las fuerzas vivas de la comunidad, municipios y otras áreas de gobierno, son los canales apropiados para asistir a la población en esos momentos de zozobra.

Pero para ello, los mecanismos deben estar lo suficientemente probados y funcionar a la perfección, y esto se consigue con un permanente entrenamiento, tanto de las áreas de gobierno pertinente como de los demás sectores de la sociedad.

En el terremoto de Japón, a pesar del destrucción producida, el pueblo de ese país ha dado muestras al mundo de que está debidamente preparado para afrontar este tipo de contingencias, sin lo cual las pérdidas, especialmente humanas, podrían haber sido mayores.

Es necesario que en nuestra provincia, y en determinadas regiones del país, periódicamente se continúen realizando ejercicios sobre la forma de actuar en caso de una contingencia de estas características. Los simulacros realizados en el segundo semestre del año pasado en el departamento Caucete, con la participación de Emergencia Social de la Nación y del Ejército Argentino, o las prácticas de evacuaciones en el Centro Cívico, son un interesante aporte para el objetivo de que la población esté debidamente preparada ante un terremoto u otros tipos de catástrofes.