Pocas palabras en el ámbito del discurso público tienen el prestigio y la aceptabilidad colectiva que tiene la palabra modernidad, pasando transversalmente todas las esferas discursivas de la actividad humana. Predicar la palabra "modernidad", "moderno", "moderna" a cualquier sustantivo o cosa, ya descuenta a priori que tal predicación del sintagma va impregnado de una significación positiva, afirmativa, de elogio, de alta estima o destacada consideración. Por ejemplo, en el ámbito del discurso que atañe al gobierno de la "res publica" no hay gobierno que no haya usado la palabra "modernización" para fundamentar la reforma, el cambio o la transformación de las relaciones sociales, las normas legales o las políticas que son inherentes a los objetos de la regulación de todo gobierno.

"Algunos autores entienden que la conceptuación de la modernidad como racional y contraria a lo mitológico, fue una invención europea, por eso hablan de que es un concepto euro céntrico.''

En ese orden de cosas es habitual oír que la economía para que sea sostenible debe ser modernizada, o cuando se contrasta el pasado con el futuro, es frecuente que se diga que tal o cual política, ley o institución están atrasados, es preciso modernizarla para perfeccionarla y evidenciarla como meritoria.


Los usos de la palabra modernización indudablemente provienen de la edad o período de la historia que se ha dado en llamar la Edad Moderna.


Y la Edad Moderna viene cronológicamente en la historia universal después de la Edad Media, y es casi unánime entender que la Edad Media significo algo oscuro, clausurado, mitológico y retardatario frente a la Edad Moderna que expone nociones como racional, abierto, científico y claro. Sin embargo se ha reflexionado poco acerca de que la Edad Media y la modernidad fueron una creación de períodos de la historia sobre hechos que se dieron en Europa, y no en el mundo asiático, americano y árabe. Por ejemplo en el año 800 en Medio Oriente, en la Ciudad de Alepo, hubo una política que llevo a traducir a Aristóteles, a diferencia de Europa que lo vino a redescubrir 600 o 700 años después.


Lo cual ya indica que la palabra modernidad siendo un hecho real e histórico esa fase de la historia sucedió en el seno de Europa del Norte, y como tal constituyo una pequeña fracción de la población mundial comparada con el resto de la humanidad de entonces.


No es menor el tema que atañe a lo semántico y el uso de esa palabra en la Historia, pues, la lógica centro/metrópoli - periferia/colonia se basa en esa idea, es decir, de que el centro es centro porque es moderno, o sea, es racional y la periferia es lo atrasada, mitológico, y sobre esa justificación ha sobrevenido una lógica de la dependencia y predominio de unos sobre otros en la historia. En primera y última instancia esas lógicas binarias, se han basado en que la modernidad como lo racional basado en el axioma del "ser es y el no ser no es" parmenideo o el "pienso luego existo" de Descartes, ha resultado en su aplicación práctica algo contrario a lo racional para el que sufre ese axioma.


Quizá no se advirtió que esos axiomas teóricos traspuestos a la práctica podían significar algo disvalioso y opuesto, es decir, podían erigirse como justificación de realidades favorecidas o maltratadas en el decurso del desarrollo integral. Esas realidades simétricas y opuestas es posible que no estén exentas del alcance de esas elaboraciones filosóficas que categorizaron rígidamente y a priori lo racional y lo irracional, lo inteligible o lo mitológico, lo adelantado o lo arcaico, lo que es cultural y lo que no es cultural sin reparar que a esas nociones se arribó desde el código de reconocimiento de la racionalización euro-céntrica, que creó o elaboró esas categorías teóricas.


Dr. Mario Alfredo Luna  -  Ex presidente HCD de Jáchal.

Fabián A. Nuñez   -  Ex Asesor del HCD.