La división de poderes garantiza un Estado democrático y la libertad individual.

Cuando algo coarta tu libertad, sin comprender, comienzas a decaer. Tus "ganas" faltan, el desgano te invade, la mirada perdida, nada te "atrapa", nada te inspira. No captaste la razón, ¡el peligro! Tu libertad es el motor que mueve al espíritu. Ese espíritu sensible, que hace de la vida un camino sin espinas, aunque existan espinas. Un camino con colores, pues él brinda pinceladas para transformarlo. De gris, lo embellece "robándole al arcoíris sus colores". Un camino con campanas, gorjeos, cantos, que te alegran y resuenan suaves, con melodías o ritmos que contagian. Te embriagan y el cuerpo responde al ritmo de tambores, desnudando el fuego de las ansias. Los sueños, los proyectos, el "hacer" ¡puesto en marcha! ¡Tu obra! Grande o pequeña, ¿¡qué más da!? Tanto vale! Es el premio al esfuerzo! Es "tu creación" plasmada! Es el sello personal marcado. La muestra del "hacer". Obra de tu mente, manos, brindado. Un tejido, una habitación levantada, escultura, mueble, libro, cuadro. No distinguimos grado, técnica o arte. ¡Es obra realizada! El peligro está cuando se coarta la Libertad.


¿Quién? Quizá tú mismo. El miedo, el temor, un ser cercano, el mismo Estado. En esto me detengo: ¿Qué ocurre en el presente, en este país, sin dirección tomada? Solo la pandemia es tratada. Solo me centraré en un mínimo enfoque.


El pasado de nuestro país está surcado por luchas entre hermanos. Poder de Buenos Aires contra el interior. Oligarquía, poder militar, populismo. Este presente no puede basarse en categorías fracasadas como izquierda, derecha. Comunismo, socialismo, liberalismo. El más inmediato mal de América y nuestro país es el populismo.


Recuerdo simplemente al escritor C. Maurrás, al que llamo "padre del nacionalismo". Esto es lo que está faltando en nuestro presente. Mi posición no es peronista-antiperonista. Es simplemente marcar un aspecto de psicología social, que un presidente no debe descuidar. La libertad hace al ser humano. Cuando el temor invade, toda la comunidad se retrotrae. A veces fue manipulado esto para manejar la sociedad hacia fines demagógicos. No se debe permitir ni caer en esto.


La libertad con orden (que no es el libertinaje) es indispensable en un país bien organizado. Esto atenta contra la libertad. La libertad se vive, se respira, cuando la población tiene un grado de educación que permite que el hombre tenga su criterio propio, y capte cuando esto está faltando. De allí que caudillos o amantes del poder prefieran pueblos ignorantes, para "arriar" como ovejas.


Si el panorama futuro de un país es ver la libertad en peligro, mueve de lo más íntimo de nuestro ser, al descontento. Es indispensable que un dirigente, un gobernante, un presidente, no lo descuiden.


Su accionar será prever todo aquello que proteja y promueva: ejemplo: la producción. Ello canaliza esa libertad personal, a labores donde el ciudadano canaliza su accionar y se dignifica. La dádiva, lo esclaviza, lo coarta y lo hace "dependiente" no libre.


Dejo esta simple reflexión con el deseo que se frene un mal colectivo, que afecta indirectamente, al diario vivir: el temor a perder nuestra libertad. El temor a que no hayan incentivos para canalizar el despliegue "de alas productivas" que hagan en el hombre su crecimiento personal y de nuestra querida Argentina.

Por Beatriz Albaladejo
Licenciada en Ciencias Políticas y Sociales