La esperada edición anual del mayor encuentro económico mundial, comenzó ayer en Suiza y casi 2500 políticos y empresarios participantes esperan llegar al próximo domingo con decisiones fundamentales tras la peor recesión mundial, originada por la crisis global de los últimos años.

Las expectativas en torno a la 40ª edición del Foro Económico Mundial, celebrado en la estación invernal de Suiza de Davos, deberá debatir las secuelas de la crisis económica internacional y adoptar medidas financieras y bancarias. Es que a diferencia de los anteriores encuentros, este Foro de Davos se plantea en plena batalla entre el mundo político y el empresarial por la aplicación de una reforma financiera y una mayor regulación bancaria, como consecuencia de la dura experiencia del desequilibrio originado en los Estados Unidos con las hipotecas financieras y el descalabro de los mercados que envolvió a todo el mundo.

Las discusiones incluyen a unos 30 jefes de Estado, particularmente del llamado G20 de potencias industrializadas y países emergentes, incluida Argentina, aunque tampoco asistirá nuestra presidenta en esta oportunidad. En cambio, el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, recibirá mañana un premio especial al "estadista global", en reconocimiento al notable crecimiento alcanzado por el vecino país a pesar de la crisis.

El presidente de EEUU, Barack Obama, impulsa medidas destinadas a limitar el tamaño de los bancos y el alcance de sus actividades, ponencia que comparten la mayoría de sus pares de la Unión Europea, lo cual genera rispideces con las poderosas corporaciones financieras. Seguramente la crisis tendrá un punto de inflexión tras este polémico Davos.