Son muy pocos los sanjuaninos que comparten el honor de ser nombrados próceres, o cuando menos "ilustres'' de nuestra tierra. Pero por alguna razón no son recordados en los actos escolares. Uno de ellos es Segundino Juan Navarro, a quien entre otras cosas le debemos el "Himno a Sarmiento'' (el provincial, diferente al que se canta en el resto del país).

Segundino Navarro, un prócer olvidado.

Fue abogado, fiscal, cortista, político y poeta, además de un gran orador quien pronunció algunos de los más recordados discursos, como el de la inauguración de la estatua de nuestro máximo prócer sanjuanino en la plaza 25 de Mayo.


Nació en nuestra provincia el 16 de febrero de 1852, siendo sus padres don Segundino Navarro y doña Concepción García, y su padrino de bautismo nada menos que el Dr. Guillermo Rawson. Estudió en el colegio Monserrat de Córdoba y luego en la Universidad, donde se graduó en 1875 de doctor en jurisprudencia, con una tesis sobre "La igualdad de los hijos naturales''. Regresó a San Juan en 1879 y se desempeñó como "Juez de Letras'' y como profesor de filosofía e historia.


Se casó con una sobrina de Domingo F. Sarmiento, Victorina Lenoir, hija de Procesa Sarmiento (hermana de Domingo). Con ella tuvo cinco hijos: Victorina; Juan Carlos; Alicia María; Domingo Faustino y María de la Paz (Navarro Lenoir). Además realizó en 1882 con su esposa, con la que tenía una relación muy afectuosa, un compendio de "Historia Argentina' y una de las biografías más completas de la época, sobre Sarmiento.


Fue convocado en 1881 por el gobernador Anacleto Gil, para revisar las leyes de irrigación y ese mismo año fundó "El Club Industrial'' con el que bajo su presidencia pudo realizar en 1883 la primera Exposición y Feria Rural de la provincia. Al año siguiente, durante la gobernación de Carlos Doncel, fue ministro de Gobierno. Restableció el funcionamiento de la Biblioteca Franklin con libros de propiedad de Sarmiento. Reorganizó la Quinta Normal transformándola en "Quinta Agronómica Modelo''.


En 1885 inauguró el ferrocarril Andino (luego FFCC Gral. San Martín). En 1892 nuevamente como ministro de Gobierno (esta vez de Morón), materializó el proyecto del tren por Serrezuela (luego FFCC Gral. Belgrano) y llevó a cabo el primer plan sanitario en ofensiva contra grandes epidemias como la difteria. Reconstruyó los edificios destruidos por el terremoto de 1894 y en 1901 fundó el Banco Popular, luego el Banco Agrícola y el Banco Obrero, este último se transformó en la Sociedad Protectora contra el Granizo. Además de otras incontables obras. Pero también fue un gran orador, compositor y poeta. Compuso canto épico a Fray Justo Santa M. de Oro, el himno a Sarmiento y al árbol, entre otras magistrales obras literarias dedicadas a Laprida, Colón, etc.


Pariente, amigo y confidente de Sarmiento, pronunció las palabras de despedida en la inhumación de los restos del prócer, como orador obligado en ese y otros memorables eventos de nuestra provincia.


Falleció en Buenos Aires el 21 de diciembre de 1910 y sus restos fueron despedidos en el Cementerio de La Recoleta por el Dr. Angel D. Rojas.


Hoy su recuerdo se inmortaliza en el nombre de una calle de la provincia y su porte imponente puede verse en el busto que lo encumbra en el Parque de Mayo.