Uno de los problemas más graves que enfrenta la Argentina, desde hace décadas, es el déficit energético, que se ha agudizado en los últimos tiempos. Es una verdad insoslayable, no obstante las reiteradas promesas políticas de buscar soluciones integrales.

Es útil recordar que nuestro sector eléctrico constituye el tercer mercado energético de América latina y depende entre otros recursos de las generaciones térmica e hidroeléctrica, en tanto la ampliación de la producción atómica sigue demorada y las nuevas tecnologías para el aprovechamiento de energías renovables están muy poco explotadas. El país tiene un gran potencial hidroeléctrico mientras la generación térmica predominante alimentada por fueloil y gas natural mantiene latente el riesgo por la incertidumbre sobre el abastecimiento futuro de los hidrocarburos, cuyos precios podrían dispararse debido a las tensiones en el convulsionado mundo árabe.

No obstante este panorama, Argentina prevé invertir en proyectos de sistemas de generación y de transmisión, aunque las enormes inversiones necesarias no es una tarea simple de resolver. Se estima que para satisfacer la demanda creciente se necesitará aumentar la capacidad de generación en 1000Mw por año. Una cantidad de estos proyectos son financiados por el gobierno mediante fidecomisos, mientras que la inversión privada aún es limitada porque todavía no se ha recuperado del colapso de 2002 y las condiciones de rentabilidad están acotadas por la subsidiaridad. El aumento de las tarifas residenciales, congeladas como la respuesta a la última crisis, es un problema político controvertido y difícil de resolver en este año electoral, aunque los aumentos son disimulados mes a mes.

Sin embargo, no hay que olvidar que la región patagónica tiene un potencial eólico muy grande que hasta ahora no se explota como una alternativa para el aprovechamiento integral del recurso, al igual que se requieren nuevos proyectos de energía solar, como el que San Juan tiene en marcha.

Conviene recordar también que recientemente se anunciaron hallazgos de dos importantes yacimientos gasíferos en la provincia de Neuquén, los que triplicarán las reservas de gas del país. Es un alivio frente a las negociaciones que el gobierno efectuó en Medio Oriente y que hoy la ola de violencia en la zona plantea interrogantes.