Fachada del club sobre calle Entre Ríos, en la Capital de San Juan.

Con la portada reflejando en una foto la fachada del edificio social iluminado de noche en 2019, símbolo del esplendor de las celebraciones por el centenario del Club Sirio Libanés (1919-2019), un libro de próxima aparición nos traerá no sólo la narración de doce meses memorables, de intensa actividad evocativa con asistencia masiva de gente en el interior del edificio y sobre la calle Entre Ríos bellamente acondicionada durante varias jornadas, sino también la semblanza de estos cien años que supieron de tristezas y gozos. Una centuria marcada por virtudes de sirios y libaneses, como sociedades tolerantes y cosmopolitas caracterizadas por el esfuerzo personal y mancomunado, sobre todo en sectores clave de la sociedad como el comercio, la industria, la política, la medicina, la ingeniería, junto a una herencia ancestralmente laboriosa. Por todo ello, a la historia sanjuanina del siglo XX que está a la mano de todos en las bibliotecas públicas, debemos sumarle la memoria de tantos ciudadanos que no vieron su primera luz en estas tierras, porque llegaron muy jóvenes aquí, pero fueron fundamentales para construir este presente de todos.


A lo largo de 2019 y en la amplia programación que llevó a cabo la comisión directiva del Club, encabezada por su presidente CPN Emir Miled Marún, la juventud sirio-libanesa y colaboradores especiales, se evocó el siglo XIX cuando tuvo lugar el flujo más importante de emigrantes de Líbano, Siria y otros países árabes, entonces bajo la dominación del Imperio Turco Otomano. Numerosos libaneses y sirios eligieron Argentina para construir un mejor futuro junto a sus familias. Como los pasaportes de estos inmigrantes eran expedidos por las autoridades turcas, por el marco político citado, a éstos exiliados se les comenzó a llamar equivocadamente "turcos", incluso hasta la actualidad. San Juan, con sus cultivos ya característicos, especialmente de vid y olivos, fue una de las provincias elegidas a comienzos de la década de 1880. El primer inmigrante de la colectividad en arribar fue Nehemtala Nehin, de origen libanés, y poco a poco fueron centenares los paisanos que le siguieron. Solo dos décadas después, a comienzos del siglo XX, ya estaba constituida la primera "Sociedad Libanesa de Socorros Mutuos", denominación ya entonces utilizada por la mayoría de las colectividades como la italiana, española o francesa. Posteriormente, el 1 de mayo de 1919, un nuevo grupo de inmigrantes libaneses fundaron la sociedad "Juventud Libanesa", con objetivos seriamente comprometidos con sus sufridos pueblos de origen. Tras la adquisición de un terreno en 1924 para su local propio, éste pudo ser terminado e inaugurado en 1934, según un proyecto de palacio árabe sin antecedentes en la provincia. La obra arquitectónica fue reconocida como única en el país y en América latina, y este marco tan auspicioso llevó a centralizar todos los esfuerzos bajo la denominación de "Club Sirio Libanés".


La historia relatada en el libro se detiene en 1944, cuando el terremoto del 15 de enero deterioró seriamente las instalaciones. Las obras de restauración concluyeron en 1959, y dejaron la estética de la actualidad. Entre los hombres y mujeres que se destacaron en la provincia y en la institución, figuran apellidos como los de Marún, Mattar, Fagale, Medawar, Dorgan, Ahún, Daroni, Madcur, Nacusi, Sefair, Nara, Saffe, Nehin, Zogbe, Bacha, Crim, Berbari, Debes, Labaké, Nefa, Zegaib y Achem. A ellos se suman los gobernadores también con ascendencia libanesa como Elías T. Amado, Eduardo Pósleman, Alfredo Avelín y el actual mandatario Sergio Uñac, a través de su madre, doña Dora Ene. El magister Guillermo Kemel Collado Madcur, comunicólogo y genealogista, descendiente de libaneses, es el editor responsable de la publicación que todavía no tiene fecha de presentación por las limitaciones de la pandemia.

Por Luis Eduardo Meglioli
Periodista. Fuentes: Historia de San Juan (Peñaloza-Arias), Betty Puga, Guillermo Collado M.