Actitud. A pesar de las diferencias que mantienen, el presidente Macri y el gobernador Uñac aspiran a mantener la simpatía del pueblo y por eso no sería prudente seguir distanciados.

¿Cómo seguirá la relación de nuestro Gobernador con el Poder Ejecutivo nacional luego del voto negativo de los diputados y senadores que responden a Uñac por la reforma de ajustes jubilatorios? La ley era clave no solamente desde el punto de vista económico sino sobre todo para reafirmar el liderazgo del Presidente luego del claro triunfo en las legislativas de fines del año pasado. El gesto fue muy mal tomado desde lo más alto del gabinete de Macri, el propio Uñac así lo reconoció.

Se denomina control de daños a un procedimiento que rige tanto para la vida cotidiana como para las conductas institucionales. Básicamente consiste en no agravar un problema ya ocurrido pretendiendo que no ocurrió o pensar que las cosas pueden volver atrás. Lo pasado pisado, diría con gran sabiduría mi abuela. Los jugadores de golf usan una frase categórica: "Un error no se corrige con otro error". Por ejemplo, hay un accidente dañoso en un grupo por la mala acción de un miembro. La tarea siguiente no debe ser la represión de esa persona, cosa que podrá venir después, tampoco la distribución de culpas en el conjunto o, lo que es peor, arruinar la buena relación. Solamente encapsular las consecuencias y reducirlas al mínimo, pagar las costas del hecho que son inevitables porque el hecho ya ocurrió.

En una de las novelas de Tom Clancy, el personaje principal aconseja al Presidente de USA: "No se desactiva una bomba que ya explotó". Un ejemplo institucional: recientemente el ministro de Trabajo de la Nación, Jorge Triaca, insultó en un audio de Whatsapp a su empleada doméstica Sandra Heredia. Como era lógico, eso no tardó en llegar a los medios y a todas las demás redes sociales, un ministro cuya tarea específica son las relaciones laborales da el mal ejemplo en casa propia. ¿Qué ocurrió después? Intentando controlar la situación el hombre salió a dar explicaciones, pero cada vez que apareció arreciaban insultos en su contra.

Esas disculpas, por otra parte poco creíbles al no ser dadas espontáneamente sino sólo después de que todo se hiciera público, no hicieron más que reflotar el problema mellando cada vez más su figura. Mejor es salir durante un tiempo de escena y luego equilibrar el error con buenas acciones futuras que justifiquen un piadoso olvido. "Que vengan días", decía un viejo político sanjuanino ante cada metida de pata. Control de daños y no incremento de daños, un gol en contra se empareja con otro en el arco rival, no llorando ni quejándose. En fin, llegando a nuestro tema, el desplante que Macri acusa haber recibido de Uñac al no votar "sus" diputados y senadores la reforma de actualización de los servicios jubilatorios, es algo que no se puede modificar, la ley ya se votó y aprobó. Más allá de quien hay tenido razón si hubo o no compromiso previo y posterior "traición", los protagonistas han quedado de un lado y otro de la calzada, cada uno en veredas enfrentadas.

¿Quién es el que más necesitará del otro de ahora en adelante? En principio habría que suponer que el Gobernador de San Juan, pero la política, recordemos, es tan dinámica que pocos pronósticos se pueden dar de modo categórico. ¿Logrará el Gobierno Nacional superar con éxito los desafíos reales que deberá enfrentar este año? En 2017 su triunfo electoral se basó más en el miedo al kirchnerismo residual y a aquella frase de Cristina "no sea que me tengan que venir a buscar", que en avances económicos que recién ahora muestran las estadísticas. Por el momento aquella amenaza parece haber desaparecido y está por verse si ciertas figuras sindicales llenan el espacio del temor. Para que todo mejore Macri deberá administrar remedios ásperos al paladar y pesados al estómago.

Moyano está dando a Macri una gran mano sugiriendo que él, una de las personas más impopulares de la Argentina, pudiera encabezar un conato de desestabilización del gobierno. Entre uno y otro hasta los más acérrimos adversarios se quedarían con el Presidente. Los demás dirigentes, aquellos que aun conservan la libertad y no están sospechados de extorsión y lavado de dinero entre otras yerbas, se han hecho prudentemente a un lado. El sector sindical será un escollo importante pero relativo, tiene poder real pero no votos. Los problemas pendientes son complejos: déficit fiscal, déficit comercial, inflación, desempleo, pobreza estructural, educación básica en retroceso, inseguridad, narcotráfico.

¿Necesitará Macri apoyo en alguna otra ley fuerte para consolidar su gestión? Parece quedar solo la reforma de los regímenes laborales, tema estructural pero que, parece, se tratará paso a paso y no con una única ley general. Tal vez sea la ocasión en que, por el único argumento válido en política que es la necesidad, el oficialismo nacional vuelva a pedir la ayuda de algunas provincias.

El restablecimiento por noventa días de los 13.600 planes sociales suspendidos podría considerarse el inicio de un tanteo a mediano plazo. La foto amistosa del Gobernador con los ministros Triaca, Stanley y Frigerio semejó el deseo de no llegar a la ruptura total y mantener cierto espacio de diálogo. Sería el camino del control de daños, no el de empeorar las cosas asociándose con los hermanos Rodríguez Saá. No hay elementos para suponer que Macri no terminará sus cuatro años, deseo de algunos que parece no se cumplirá. Más hay para pensar que pudiera seguir otros cuatro después de 2019. No hay nadie enfrente. Ambos, Uñac y Macri estarían así unidos por el calendario porque se sabe que, si es por ellos, los dos aspiran a mantener la simpatía del pueblo. Sería mucho tiempo para estar peleados.